Agua y medicina han ido siempre de la mano

Abel Fernando Martínez Martín | 09/05/2023 - 19:57 | Compartir:

En el agua fluye la vida; el agua determina el proceso salud-enfermedad, es creación y destrucción, vida y muerte. De cultos a las fuentes, aguas medicinales, deidades y diluvios se llenan variopintas mitologías. Cauces de agua corren por toda clase de infiernos y paraísos y fuentes de la Eterna Juventud libran al hombre del envejecimiento en culturas de todos los tiempos.

Agua y medicina han ido siempre de la mano
El agua es la molécula más abundante en la naturaleza y el líquido más común del planeta. El 50-95 % del peso de los seres vivos es agua. 
Fotografía del fondo marino. Mc Gill University. Montreal, Canadá.

El agua limpia, purifica, el agua es frescura, el agua es femenina, es madre, es primordial, es primigenia, es materia original para muchas cosmologías. De agua era el caldo primitivo, donde hace millones de años se originó la vida en este planeta y de la tibia agua materna brotamos a este mundo al nacer. 

Para Empédocles de Agrigento y los médicos hipocráticos el agua fue uno de los cuatro elementos constituyentes del universo cuyo desequilibrio se traducía en enfermedad. Tales de Mileto la considera la substancia esencial de la que todo se deriva. De agua es también el río del devenir de Heráclito en donde uno no se puede bañar dos veces. 

Todo vive por el agua, rezan las suras del islámico Corán, y, en el bíblico Génesis, el agua cubre la faz de la Tierra antes de crearse el primer día la luz, el segundo y tercer día de la creación se dedica a separar las aguas y con agua y tierra se hace al hombre el último día. 

Jesucristo camina sobre las aguas y hace milagros con ella, al convertirla en vino. Los hindúes no pueden separar la vida y la muerte de su sagrado Ganges, ni los egipcios del Nilo. Hipócrates atribuye las epidemias al agua. El agua es un constituyente básico para griegos y romanos y para la milenaria medicina china. Del equilibrio entre agua, aire y calor depende la salud en los libros brahmánicos. Una gota de agua cayendo reiteradamente sobre la frente es una de las más refinadas torturas cuyo uso se atribuye a los chinos. 

La primera literatura sobre las propiedades de las aguas minerales y termales se produce en el Renacimiento, los médicos vuelven su mirada hacia la naturaleza, Ambrosio Paré alaba las propiedades de las termas. 

A mediados del siglo XIX suceden dos acontecimientos importantes en la historia del agua y la medicina. El primero cuando, en Gran Bretaña, Snow relaciona las aguas contaminadas con la transmisión del cólera y el segundo, a cargo del médico húngaro Semmelweiss, al ser despedido de una clínica obstétrica de Viena, por intentar obligar a los médicos a bañarse las manos antes de hacer los tactos vaginales a las maternas, para disminuir la alta mortalidad por fiebre puerperal, diseminada por las sucias manos de los médicos y de los estudiantes, que pasaban sus manos, primero, por los cadáveres de la morgue y, luego, examinando a las mujeres en la sala de partos del Hospital General de Viena.

El agua es la molécula más abundante en la naturaleza y el líquido más común del planeta. Tres cuartas partes de la superficie terrestre están cubiertas de agua. Estamos gastando más de la mitad de agua disponible, agua que se contamina y que se agota con el incremento de la población y el aumento del consumo. 

La vida se originó y se perpetúa en el agua. Flotamos en agua en el vientre materno. El agua fluye por nosotros y nosotros fluimos en ella. El agua constituye entre el 50 % y el 95 % del peso de los seres vivos, menos en los huesos, 20 %, y más en el cerebro, que es agua en un 85 %. En agua fluyen nuestros pensamientos, nadan los sentimientos, se arremolinan las pulsiones y se despiertan los sueños. 

El agua posee un profundo significado sicológico, es materia onírica, lugar de suicidio, contenido de fobias, sueños y ritos obsesivos. El agua fue y es usada por muchas medicinas en maniluvios, pediluvios, hidromasajes, baños de asiento, enemas, baños de agua fría, caliente o helada, saunas y turcos, a chorro, en inmersión, en paños de agua tibia, etc.; para bajar la fiebre no hay como bañar al niño en agua tibia. 

El agua apaga el fuego y la usaron caliente para curar la locura. La usó, en el siglo XVIII, Mesmer para transmitirle el magnetismo a sus pacientes. La talasoterapia basa sus teorías terapéuticas en las propiedades curativas que posee el agua de mar; siempre fueron terapéuticas las aguas termales, las aguas benditas milagrosas. Con agua se lava, se bautiza, se cocina, se bendice y se exorciza. 

El agua ha sido medicamento y vehículo de muchos medicamentos en múltiples vías de aplicación: las agüitas aromáticas, el agua de arroz, que utiliza la medicina popular contra la diarrea, la digestiva agua mineral y el agua oxigenada como antiséptico. El agua lava las heridas. La sales de rehidratación oral que han salvado tantas vidas y los partos en el agua. Sin olvidar a la musicoterapia que recurre al primitivo, sedante, evocador y tranquilizador sonido que produce el agua en movimiento. 

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Abel Fernando Martínez Martín

Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).

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