Pequeña glaciación medieval, bárbaros, vikingos, hambre y peste 

Abel Fernando Martínez Martín | 03/11/2023 - 12:37 | Compartir:

El ambiente cálido prevalece durante el Holoceno, el clima actual, tras las glaciaciones del Pleistoceno, mientras que las fluctuaciones frías son mucho menos amplias que las cálidas. Gracias a los sucesivos calentamientos que sufrió el planeta Tierra, los humanos modernos prosperaron, domesticando especies vegetales para cultivos, seleccionando especies animales como ganado, todo acompañado por las enfermedades infecciosas y parasitarias. El cambio climático es permanente en la historia de la vida en la Tierra.

Pequeña glaciación medieval, bárbaros, vikingos, hambre y peste 
Paisaje Invernal, óleo pintado cerca del año 1608 por el pintor barroco holandés Hendrick Avercamp, que se encuentra en el Rijksmuseum, de Ámsterdam, en los Países Bajos. Representa, desde el arte, escenas de la Pequeña Edad de Hielo, que afectó gravemente el Norte de Europa. A Avercamp, que era sordomudo, se le considera el máximo exponente del paisaje invernal, importante testimonio de la Pequeña Edad de Hielo.

La temperatura fue en general cálida, hasta 6 °C por encima de la media de los últimos 150 años, con períodos de enfriamientos extremos, como el de la glaciación de hace 8.000 años y, la más reciente, la llamada Pequeña Glaciación Medieval, que estuvo marcada por un previo calentamiento global, ocurrido en todo el planeta. 

Los períodos fríos son más frecuentes entre el 2300 y el 250 antes de nuestra era. Se atribuye a estos periodos fríos las migraciones de los pueblos bárbaros de las estepas asiáticas hasta el interior del Imperio Romano, debido al recrudecimiento de las condiciones climáticas en la región. Tras la caída del Imperio Romano comienza una fase más cálida que conocemos como el "pequeño óptimo climático". Es la época de las expediciones vikingas favorecidas por el deshielo. Este período dura desde el año 700 al 1200, cuando vuelve a enfriarse, otra vez, el clima.

En Asia Central cuando hay lluvias la hierba crece en las estepas y los pueblos nómadas también crecen y prosperan; cuando se suceden los problemas de sequías se hace imposible la subsistencia de los hombres y los animales y los pueblos migran hacia territorios cercanos, produciéndose las invasiones a Europa, la India o la China. Así los historiadores explican las grandes invasiones, como las de los hunos, la de los turcos o la de los pueblos mongoles, impulsadas por la sequía y la hambruna.

En el llamado "Período Cálido Medieval" el clima en Europa fue más cálido que el actual, el cultivo de la vid se extendió por el sur de Inglaterra. Los glaciares suizos se retiraron a cotas más altas. Sin embargo, las cosas no son tan globales, en el Pacífico las evidencias geológicas indican que fue un período más bien frío. Entre el año 1000 y el 1300, la población de Europa se multiplicó por tres. Coincidió esto con un clima óptimo, que favoreció la actividad agrícola y el alimento. 

Lo más notable fue la expansión vikinga. Pueblos de origen escandinavo dejaron sus asentamientos para aventurarse en tierras lejanas. Los vikingos de Suecia cruzaron el mar Báltico y se establecieron en tierras eslavas, llegando hasta la lejana Constantinopla. Los vikingos de Dinamarca ocuparon el sur de Gran Bretaña y Normandía. Los vikingos de Noruega, entre el año 870 y el 930 se asentaron en Islandia. Los navegantes vikingos aprovecharon un período en el que las aguas de aquellos mares nórdicos se libraron del hielo. Más tarde, al occidente, arribaron a lo que llamaron Groenlandia, que significa tierra verde, en donde lograron a desarrollar la agricultura y crear durante unos siglos una colonia. Desde Groenlandia, los vikingos hicieron incursiones por las costas de América del Norte. En el siglo XIV, el clima de nuevo se fue enfriando. El estrecho que separa Groenlandia de Islandia quedó innavegable debido al avance de los hielos árticos. La incomunicación, el frío y el acoso de los Inuit, que bajaron del Ártico persiguiendo a las focas y huyendo del intenso frío, acabó finalmente con el asentamiento vikingo. 

Hacia el año 1350 el clima de Europa entró en la llamada Pequeña Edad de Hielo, de la cual no salió hasta mediados del siglo XIX, en 1850. Las bajas temperaturas no fueron constantes. Parece que hubo en especial dos pulsiones de frío, una al principio, en el siglo XIV, y otra al final del período, en la primera mitad del siglo XIX. Aumentó la actividad volcánica y disminuyó la radiación solar. Durante la Pequeña Edad de Hielo de la Edad Media desaparecieron los viñedos de Inglaterra y el cultivo de cereal en Islandia. La congelación invernal de los ríos del norte de Europa era un asunto frecuente. Recogen, los grabados de la época, escenas en las que en Londres llegaron a organizarse ferias y mercados sobre las aguas heladas del Támesis. 

Más al sur, en los períodos más crudos, se produjeron espectaculares avances de los glaciares de los Alpes y Escandinavia, que cubrieron valles poblados y zonas cultivadas anteriormente, provocando crisis en las cosechas, hambrunas y la aparición de la devastadora epidemia de peste negra del siglo XIV. El clima contribuyó a la regulación demográfica de las sociedades preindustriales, sus perturbaciones trajeron hambrunas y propagaron epidemias, que se facilitan en las poblaciones desnutridas con escasa acción pública.

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Abel Fernando Martínez Martín

Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).

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