Población y anticoncepción

Abel Fernando Martínez Martín | 22/08/2022 - 11:50 | Compartir:

El control de los nacimientos no es un problema moderno, aunque parece ser cada día más crítico. Todas las culturas, a través de los tiempos, se las han ideado, a lo largo y ancho de nuestra geografía, para resolver la disparidad existente entre el crecimiento de su población y la disponibilidad de alimentos, planteada por el reverendo Malthus hace 200 años, porque la capacidad procreativa del hombre es una propiedad de la vida, mediatizada por la cultura, siendo vigilada por iglesias, Estados y sociedades y estando afectada por complejos aspectos económicos, sociológicos, filosóficos, morales, de género, raciales y de clase, o, si no, acordémonos de las masivas y sistemáticas violaciones de miles de mujeres musulmanas bosnias a cargo de los soldados serbios, mujeres que fueron obligadas a procrear sus hijos a la fuerza con fines de oscuras limpiezas raciales a finales del siglo XX.

Población y anticoncepción
Daucus carota subsp. carota (por el nombre antiguo de zanahoria, que procede del griego daukos), conocida como zanahoria silvestre; una planta umbelífera de múltiples flores blancas pequeñas, de primavera y verano, que, sacándole las semillas, fue utilizada en la antigua Grecia como anticonceptiva y abortiva, que es mencionada en el Corpus Hipocrático, en inglés se le conoce como Queen Anne's Lac o Encaje de la Reina Ana. Fotografía de Elvira Coderch. Floeres y semillas fueron utilizadas primero que la raíz, que consumimos hoy.

En la lista de medios de control natal se incluyen, desde tiempos inmemoriales, el coitus interruptus, el coitus interfémora, el coito anal, la prolongación de la lactancia, la abstinencia, la imposición de la virginidad, la masturbación, la castración, los tampones de algas y otros medios de barrera, el aborto, el infanticidio, además de otras soluciones desde mágicas, que nunca faltan, como los amuletos, hasta las prácticas quirúrgicas y los tratamientos farmacológicos. 

Recetas anticonceptivas locales para evitar la procreación se pueden leer en el papiro Ebers, de hace 3.500 años, en el Egipto de los faraones, que revelan los métodos de planificación utilizados en el antiguo Egipto, que se constituye en el testimonio escrito más antiguo con que cuenta la historia de la medicina, receta donde se aconseja introducir en la vagina una mezcla de excrementos de cocodrilo con miel, también se describe la introducción de hojas de acacia, que son ricas en ácido láctico, como lo son las modernas duchas vaginales.

Romanos, griegos y hebreos recurrían también a prácticas anticonceptivas, destacándose las recetas del famoso precursor de la Ginecología y de la Obstetricia, el médico griego Sorano de Éfeso, quien ejerció en la helenística Alejandría, en el delta del Nilo y luego en Roma, que aconsejaba practicar la oclusión del útero con un algodón previamente impregnado con ungüentos y sustancias grasas. Los griegos utilizaban la flor blanca de la zanahoria silvestre (Daucus carota subsp. carota) como anticonceptivo y como abortivo, como consta en los textos hipocráticos; usaban las semillas de la flor, que introducían después del coito. 

Entre los pueblos árabes encontramos el antecedente más remoto de nuestros modernos dispositivos intrauterinos, creados a principios del siglo XX, mediante la introducción de una piedra en el útero de las camellas para evitar que éstas quedaran preñadas en el transcurso de las largas caravanas a través del desierto. El famoso médico árabe Avicena, menciona en su famosa obra El Canon veinte diferentes recetas anticonceptivas. 

Durante los oscuros tiempos inquisitoriales, los abortos, la esterilidad y otros problemas relacionados con la procreación fueron atribuidos a la intervención demoniaca de brujas y hechiceros, a quienes se les achacaban propiedades anticonceptivas, en una sociedad regida por la Iglesia que se empeñó durante siglos en limitar la sexualidad a la procreación. El Estado español, por otra parte, estimulaba la procreación concediendo al padre que tenía siete hijos varones consecutivos en legítimo matrimonio el título de hidalguía con sus respectivos privilegios, con el ostentoso nombre de Hidalgo de Bragueta, gracias a su procreativo esfuerzo.

Los Cronistas de Indias mencionan el estímulo a la procreación, Muiscas y Aztecas conceden el cielo a las mujeres muertas durante el parto y además muy diversas prácticas anticonceptivas se mencionan entre los aborígenes americanos donde predomina el uso de sustancias vegetales como el ñame. El padre Joseph Gumilla relata que, ante la violencia sexual y el maltrato por parte de los conquistadores españoles, se recurrió en el Nuevo Mundo a prácticas masivas de esterilización. Escribe el cronista jesuita: "Las mujeres americanas [...] por no parir criados y criadas para los advenedizos, se resolvieron muchas a esterilizarse con hierbas y bebidas que tomaron".

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Abel Fernando Martínez Martín

Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).

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