*Directora de la Maestría Oficial Virtual en Neuropsicología Clínica de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).
Cuando nos encontramos ante un caso práctico en el cual el paciente, debido a una encefalitis vírica, no es capaz de recordar más allá de siete segundos, ¿qué hacemos? ¿qué profesionales van a ser necesarios y claves en el trato, evaluación y seguimiento de dicho paciente? Por supuesto, desde el ámbito de la medicina se le aplicarán y realizarán todas las pruebas diagnósticas posibles y pertinentes con el objetivo de esclarecer el posible motivo de la sintomatología que presenta el paciente, en este caso amnesia. No obstante, una vez el paciente ha sido estabilizado, son pertinentes una serie de actuaciones y evaluaciones por parte de otros profesionales que van a aportar información valiosa sobre cómo proceder en un futuro o qué esperar a corto, medio y largo plazo de dicho paciente a nivel cognitivo. Así es, se trata de un caso propio del campo de la Neuropsicología en lo que a evaluación cognitiva se refiere.
La Neuropsicología se considera una especialidad de la Psicología con cuerpo propio, siendo reconocida como tal por la American Psychological Association (APA) desde hace décadas. De forma concreta y según la APA, la Neuropsicología se considera como la especialidad dedicada a comprender las relaciones entre el cerebro y el comportamiento, así como poner en evidencia por qué estas relaciones se pueden y deben tenerse en cuenta para el diagnóstico de distintos trastornos o síndromes que afectan al SN, la evaluación del funcionamiento cognitivo y conductual y, por supuesto, para el diseño de un tratamiento o intervención eficaz.
Volviendo al caso de Clive, un paciente cuyo caso es conocido a nivel mundial por presentar amnesia tras una infección vírica grave, no evidencia problemas en sus órganos que le impidan procesar la información, sino que se trata de una afectación en las áreas cerebrales dedicadas a la función cognitiva de la memoria, lo cual conlleva que el paciente presente una afectación en el aprendizaje y recuperación de información, siendo incapaz de recordar más allá de lo sucedido durante los últimos siete segundos. Con base en esto y en lo especificado por la APA, entendemos que el neuropsicólogo es el profesional que se encarga de evaluar y aplicar un tratamiento a los pacientes que, como Clive, muestran comportamientos y dominios cognitivos disfuncionales tras una afección cerebral, independientemente del origen de dicha afección.
Así es, las evaluaciones neuropsicológicas se solicitan específicamente para ayudar a comprender cómo funcionan las diferentes áreas y sistemas del cerebro y, por lo general, implementar pruebas neuropsicológicas validadas cuando hay síntomas o quejas que involucran cualquier función cognitiva. En el preciso momento en el que se detecte sintomatología que implique un cambio en la concentración, organización, planificación, razonamiento, memoria, lenguaje, percepción, coordinación o personalidad del individuo, éste es susceptible de ser atendido por un profesional de la neuropsicología. Por tanto, a pesar de que el cambio en la función cognitiva pueda deberse a una serie de causas médicas, neurológicas, psicológicas o genéticas, el papel del neuropsicólogo/a sería imprescindible en un caso como el ejemplificado previamente con el fin de poder evaluar el alcance de las lesiones sobrevenidas y generadas por dicha condición infecciosa. Aunque parezca sencilla, la Neuropsicología en la práctica profesional es una tarea compleja y, por consiguiente, se requiere previamente de la adquisición de conocimientos a través de una formación de calidad sobre los dominios superiores (cognitivos, motoras y sensoriales) y, especialmente, de las bases neurobiológicas que dan lugar a estos, por parte del profesional que la ejerza.
La especialidad de la Neuropsicología se puede estudiar desde diferentes perspectivas siendo la más efectiva, por su carácter comprehensivo, aquella que tiene una organización transversal del contenido basada en las funciones cognitivas. En esta línea, se trabaja desde la Maestría Oficial Virtual en Neuropsicología Clínica propuesta por la Universidad Internacional de Valencia. De forma específica, se inicia con una profundización en las bases neurobiológicas estructurales y funcionales de cada uno de los dominios superiores integrando los conocimientos básicos (p.ej., bases biológicas de la función mnésica) con los aplicados (p.ej., evaluación neuropsicológica y, posteriormente, intervención de la función mnésica).
Así pues, se logra proporcionar al estudiante un hilo de contenido tanto teórico como aplicado basado en cada una de las funciones cognitivas superiores, lo que a su vez permite que, independientemente del trastorno o condición médica, sea capaz de saber y aplicar lo siguiente: qué estructuras y conexiones podrían estar viéndose afectadas, así como qué instrumentos son los apropiados para la evaluación e intervención neuropsicológica de cada función. Esta organización del contenido por funciones cognitivas permite proporcionar a nuestros estudiantes una versatilidad y transversalidad que será garantía de adaptabilidad, innovación y pensamiento crítico en su futuro profesional. Finalmente, esta relación entre la base neurobiológica y los procesos mentales superiores no solo se plasma en la maestría sino que la Universidad Internacional de Valencia está comprometida con la investigación en Neuropsicología acogiendo y respaldando los proyectos propuestos por grupos de investigación destinados a tal labor como el Grupo de investigación en Psicología y Calidad de vida (PsiCal), siendo una de las últimas apuestas del grupo el estudio de los efectos neuropsicológicos en supervivientes de cáncer de mama cuyo proyecto está a cargo de la Dra. Marta Aliño Costa como investigadora principal.