En el año 430 a.C., al iniciarse el segundo año de la guerra del Peloponeso, una epidemia se desató en Atenas, en tiempos de Pericles, una de sus víctimas, cuando la polis griega se encontraba en pleno apogeo. La plaga, según el historiador griego Tucídides, también víctima de la epidemia, afectó a Atenas y a las ciudades más populosas del Ática, durando cinco años, presentando dos claras oleadas y llevando a la tumba, se calcula, a unas 100.000 personas, entre un cuarto y un tercio de su población. Sabemos de ella a través de la descripción que el historiador ateniense Tucídides hace en el segundo libro de su clásico Historia de la Guerra del Peloponeso. La Epidemia, sostiene el historiador ateniense, habría iniciado en el nororiente del África, en las tierras altas de Etiopía, desde allí la plaga descendió a Egipto y Libia y luego se extendió hacia al imperio persa y de ahí se extendió al mundo griego del Mediterráneo oriental.
La guerra del Peloponeso, entre las rivales ciudades de Esparta y Atenas, comenzó en el año 431 a.C. En el verano del segundo año los espartanos invadieron con su numeroso ejército el Ática, sus habitantes, más fuertes en el mar que en el ejército de tierra en relación con los espartanos, buscaron refugio dentro de las murallas de la ciudad estado. A consecuencias de esta estrategia bélica, la ya populosa población de Atenas se había cuadruplicado al albergar a los refugiados, que vivían hacinados en chozas improvisadas, situación que creó las condiciones ideales para el ataque de una epidemia mucho más peligrosa que el ejército que comandaba Arquidamo, rey de Esparta, que llegó de Egipto con las provisiones para la ciudad sitiada. A los pocos días se desató la plaga en Atenas que comenzó en el puerto de El Pireo, registrando en la ciudad una mortalidad sin precedentes, que siguió por cinco años hasta el 426 a.C.:
"Jamás se vio en parte algún azote semejante y víctimas tan numerosas; los médicos nada podían hacer, pues de principio desconocían la naturaleza de la enfermedad. Además, fueron los primeros en tener contacto con los pacientes y morían en primer lugar". Así describía Tucídides la plaga de Atenas: "Violentos dolores de cabeza... enrojecimiento e inflamación de los ojos… sangre en garganta y lengua... El cuerpo se ponía de color lívido, hacia rojo, y aparecían pústulas y úlceras… La inquietud se hacía intolerable y morían al séptimo o noveno día. Si sobrevivían este tiempo, aparecían extenuantes diarreas que terminaban con la vida del enfermo. Algunos escapaban vivos, pero perdiendo los ojos o los dedos de manos y pies”.
Los historiadores han culpado, a partir de Tucídides, a enfermedades como la peste bubónica, la viruela, al tifo, el ántrax, la gripa o el sarampión, la lista alcanzó a 28 posibles causas, no solo infecciosas, para poder explicar la plaga de Atenas sucedida hace 2.500 años. Estudios moleculares sobre el ADN fueron realizados con las víctimas de la peste de Atenas, por científicos de la Universidad de Atenas, tras hallar en el cementerio de Kerameikos una fosa con 150 individuos. Los hallazgos señalan a la bacteria salmonella typhi como causante de la fiebre tifoidea. Las escasas ofrendas fúnebres asociadas a los restos óseos colocados sin orden son de tiempos de Tucídides. Los resultados señalan a la fiebre tifoidea como la causa probable de la plaga ateniense, según el estudio publicado en el International Journal of Infectious Diseases.
Abel Fernando Martínez Martín
Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).