Hasta el descubrimiento de la Anestesia en el siglo XIX, los cirujanos más famosos fueron los que operaban con mayor destreza y, sobre todo, con celeridad, en pocos segundos. El paciente era atado con recias cuerdas, inmovilizado fuertemente por forzudos ayudantes de cirugía y bajo los efectos, conocidos por siglos en el viejo continente, del alcohol, el opio, la mandrágora, el hachís y el beleño, pasan al uso de torniquetes, sierras y tenazas. Conociendo que la hipnosis reducía el umbral del dolor, en el siglo XVIII, Mesmer intenta anestesiar a sus pacientes mediante técnicas como el hipnotismo y el electromagnetismo.
A finales del siglo, Sir Humprey Davy, profesor de química en la Royal Institution de Londres, observó el efecto sobre el dolor de un gas, el óxido nitroso, conocido popularmente como "gas hilarante" y, sobre sus efectos anestésicos, afirmó "que era capaz de suprimir el dolor y que probablemente podría usarse con ventaja en las operaciones quirúrgicas". En 1815, Faraday advierte que el éter tiene efectos muy similares a los que se producen tras inhalar óxido nitroso.
En 1824, el inglés Hicman publica el resultado de sus anestesias experimentales en animales, mediante inhalación de ácido carbónico y óxido nitroso y sostiene que este procedimiento puede ser útil en cirugía, pero nadie le hace caso: el gas hilarante era un muy gracioso para poder ser tomado en serio. En Estados Unidos el éter se convirtió en espectáculo de circo, se hacían Juegos con éter, famosas fiestas donde los asistentes se emborrachaban colectivamente, trabados y risueños, a muy bajo precio, inhalando el hilarante éter.
El siglo XIX, gracias al desarrollo del método experimental, será el siglo de la química y de la farmacología. La historia de la fármaco-dependencia también es la historia de la lucha contra el dolor. En 1803 se extrae del opio la morfina, que recibe su nombre de Morfeo, el dios griego del sueño. En 1831 se descubre el cloroformo; al año siguiente se aísla del opio la codeína; en 1858, la Cocaína; en 1869, se introduce el cloral como hipnótico; luego aparece el ácido salicílico, en 1876; y terminando el siglo, se crea el más famoso de los calmantes, la Aspirina, en 1897.
Los primeros artículos científicos sobre el dolor aparecen en el siglo XIX. No tardará la medicina en incorporar y, luego, aplicar los descubrimientos de la química a la terapéutica farmacológica. En 1842, dos norteamericanos, William Clark y Crawford Long, utilizan el éter en cirugías menores. En 1844 se realiza la primera narcosis con gas hilarante, el profesor de química Gardner Colton aplica óxido nitroso al dentista Horace Wells, para extraerle una muela. Este, realiza un ensayo más y organiza una demostración pública, que termina siendo todo un fracaso, situación que lo obliga a dejar la profesión y luego lo lleva al suicidio.
El dentista norteamericano y estudiante de medicina William Morton, amigo y compañero de Wells, se asesora del químico Jackson, quien le hace notar los efectos del éter y realiza la primera narcosis con éter con el cirujano Warren, en 1846, cuando operan a un pintor con un tumor en el cuello, exitosa operación que es considerada como el inicio de la anestesia quirúrgica con empleo de éter.
El médico y escritor Oliver Wendell Holmes, bautiza con el nombre de "Anestesia" el nuevo descubrimiento de la ciencia. Grandes cirujanos franceses del siglo XIX, como el francés Velpeau, consideraban imposible que existiera una cirugía sin dolor. Superada esta barrera, se abren las puertas a la cirugía, que alcanza su estatus científico aceleradamente gracias a la anestesia, a los descubrimientos de Lister sobre la antisepsia y a los Rayos X de Roentgen.
Abel Fernando Martínez Martín
Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).