Para la Real Academia (RAE), un exvoto es, en la religión católica, un don u ofrenda, como una muleta, mortaja, figura de cera, cabellos, tablillas, cuadros, etc., que los fieles dedican a Dios, a la Virgen o a los santos, en señal y recuerdo de un beneficio recibido, que se cuelgan en los muros de los templos. Los exvotos no solo poseen un valor religioso, que es el plasmado por los creyentes agradecidos por haber oído sus ruegos, sino que son obras que dan cuenta de la historia, la organización social, la cultura, la salud y las creencias de una sociedad.
Existentes desde los templos de Asclepio en la Grecia clásica, volvieron a surgir con fuerza en la Edad Media y el Renacimiento; fueron traídos a América con la conquista. En el virreinato de la Nueva España, hoy México, los exvotos alcanzaron una gran popularidad en el siglo XVIII, para, en el siglo XIX, con el uso de la hojalata como soporte pictórico, convertirse en una forma de expresión popular, en agradecimiento de diversas y apremiantes necesidades, en la que juega un papel importante la perdida salud, la enfermedad, el tratamiento, la accidentalidad, los desastres naturales y la muerte. Esta forma de agradecimiento ha logrado un lugar respetado dentro del arte popular mexicano, inspirando a artistas como Frida Kahlo, quien pintó uno sobre su grave accidente automovilístico.
Abel Fernando Martínez Martín
Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).
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