La Pelagra, el maíz y la pobreza contra la infección: Casal y Goldberger

Abel Fernando Martínez Martín | 16/09/2019 - 07:52 | Compartir:

A la Pelagra se le conoce como la "enfermedad de las tres D", Diarrea, Dermatitis y Demencia. Diversos nombres tuvo esta enfermedad nutricional, antes de acuñarse y aceptarse a nivel internacional el calificativo de Pelagra; se le llamó también, a esta enfermedad causada por la deficiencia en la ingesta de Niacina, "lepra asturiana", “lepra italiana”, "lepra de Lombardía", "mal de la rosa", "escorbuto de los Alpes", "enfermedad de Saint-Aman" o "enfermedad de Stracham".

La Pelagra, el maíz y la pobreza contra la infección: Casal y Goldberger
La pelagra está descrita como “mal de la rosa” por primera vez por el médico ilustrado español Gaspar Casal en el siglo XVIII, en su obra Historia Natural y Médica del Principado de Asturias, que fue publicada en Madrid, póstumamente, en 1761 y fotografía de Joseph Goldberger, médico judío húngaro que en Estados Unidos formuló que la Pelagra era una enfermedad nutricional relacionada con la pobreza y el mundo rural y no una enfermedad infecciosa.

La enfermedad carencial afectó a múltiples regiones del continente europeo. El nombre actual fue establecido en el siglo XVIII, exactamente en 1771, cuando el médico italiano Francisco Frapolli, sugirió denominarla Pelagra, de pelle: piel y agra: áspera, fundándose en los cambios de la piel característicos de los enfermos de Pelagra, enfermedad que era desconocida en Europa y se hizo notoria en los siglos XVIII y XIX convirtiéndose en un problema de Salud Pública, a medida que el maíz americano empezó a consumirse ampliamente por los seres humanos, tras utilizarlo como alimento de animales, en Italia, Portugal, España y partes de la Europa oriental. En el siglo XX la pelagra fue común en Egipto, en el África sudoriental y la India.

La pelagra fue una enfermedad prevalente en el sur de los Estados Unidos, a comienzos del siglo XX sobre todo entre los campesinos pobres; la enfermedad aumenta en los campos de refugiados y en las hambrunas. Así como el Beriberi se asocia a una dieta basada en arroz, la Pelagra se asocia con una dieta basada en el maíz. En Mesoamérica, donde el milenario maíz se trataba previamente con álcalis como el agua de cal, proceso que llaman nixtamalizar, antes de preparar las cotidianas tortillas y otros alimentos con el maíz. Los mesoamericanos, consumidores de maíz nixtamalizado han estado históricamente protegidos de la pelagra.

La pelagra la describe por primera vez el médico ilustrado español Gaspar Casal en 1735, en su obra Historia Natural y Médica del Principado de Asturias, publicada en Madrid, póstumamente, en 1761, en la que plantea que la enfermedad se relaciona con los labradores pobres, con una dieta deficitaria y con el consumo de maíz. Sin embargo, la hipótesis infecciosa contaba con numerosos adeptos y prevaleció hasta los estudios de Goldberger en el Sur de Estados Unidos. 

En 1914, el Servicio de Salud de EE. UU. le encomendó al médico judío de origen húngaro Joseph Goldberger (1874-1929), estudiar la Pelagra para encontrar el agente infeccioso causal. Goldberger dedicó las primeras tres semanas a la observación de los enfermos de Pelagra en su medio, en los estados del Sur donde la Pelagra era endémica. Sus observaciones quedaron plasmadas en un informe que contenía la hipótesis correcta, la cual trató de demostrar durante los últimos quince años de su vida. Puso de manifiesto que la enfermedad era exclusiva de las zonas rurales, que estaba vinculada con la pobreza y con una dieta barata basada en tocino, maíz y melaza. Expuso que ni la enfermera, ni los asistentes o empleados de los hospitales que atendían a enfermos de Pelagra se contagiaban.

Goldberger determina que no se trataba de una enfermedad infecciosa, era debida a una deficiencia en la dieta, una enfermedad rural, asociada con la pobreza y la desnutrición. En carta al Director General de Salud Pública, el 4 de septiembre de 1914, Goldberger señala: "la pelagra no es una infección, sino una enfermedad de origen esencialmente alimentario; de alguna manera es causada por la ausencia en la alimentación de vitaminas esenciales. La pobreza y el progresivo aumento del precio de los alimentos obligan a la persona, las familias e instituciones a reducir los elementos más caros (carne, leche, huevos y legumbres) y a subsistir de los cereales más baratos (maíz), carbohidratos (jarabes y melazas) y verduras y grasas (tocinos) que deben procurarse fácilmente". 

La deficiencia que buscó infructuosamente en sus últimos años Goldberger, fue descubierta ocho años después de su muerte, en 1937, cuando Conrad Elvehjem, identificó una molécula que encuentra en la carne fresca y la levadura como una nueva vitamina, el ácido nicotínico, Niacina o vitamina B3.

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Abel Fernando Martínez Martín

Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).

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