Los resultados de la investigación, que perfila el mapa genético más amplio conocido hasta ahora sobre estos trastornos, fueron publicados en la revista 'Cell'.
Un estudio internacional publicado recientemente en la revista Cell describe 109 variantes genéticas relacionadas con ocho patologías psiquiátricas en un conjunto de cerca de 230.000 pacientes de todo el mundo. La investigación incluye el autismo, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), la esquizofrenia, el trastorno bipolar, la depresión, el trastorno obsesivo compulsivo, la anorexia y el síndrome de Tourette.
Impulsado por el Consorcio de Genómica Psiquiátrica (PGC), el estudio fue liderado por Jordan W. Smoller (Universidad de Harvard, Estados Unidos). Investigadores que participaron en el estudio señalan que, más allá de elaborar una lista de posibles factores genéticos de predisposición (o resiliencia) a las patologías, la investigación determina qué factores de riesgo comparten los diferentes trastornos psiquiátricos y perfila su mapa genético, poco conocido hasta ahora.
El nuevo estudio, basado en 230.000 pacientes y 500.000 controles, analiza la base genética compartida de ocho patologías psiquiátricas y define tres grupos de trastornos genéticamente afines: los que responden a comportamientos compulsivos (anorexia nerviosa, trastorno obsesivo-compulsivo, síndrome de Tourette), los trastornos del humor y psicóticos (trastorno bipolar, depresión mayor y esquizofrenia) y los trastornos del neurodesarrollo de inicio precoz (trastorno del espectro autista, TDAH y síndrome de Tourette).
"Los trastornos clasificados dentro de un mismo grupo tienen tendencia a compartir más factores genéticos de riesgo entre ellos que con los otros grupos", detalla Bru Cormand, catedrático del Departamento de Genética, Microbiología y Estadística y jefe del Grupo de Investigación de Neurogenética en la Universidad de Barcelona, que añade: "Además, también comprobamos que estas agrupaciones basadas en criterios genéticos concuerdan con la clínica de las patologías".
"Ahora bien, el nuevo trabajo no hace hincapié en los genes compartidos por los miembros de un mismo grupo, sino en los genes compartidos por el máximo número de trastornos", continúa Cormand. Es decir, aquellos factores que de alguna manera darían lugar a un cerebro "sensible", más propenso a sufrir cualquier trastorno psiquiátrico. "Que acabe siendo uno u otro trastorno dependería de factores genéticos más específicos, sin olvidar los factores ambientales", indica.
Los investogadores señalan que es bien conocido que muchos trastornos psiquiátricos presentan comorbilidades, es decir, tienden a manifestarse juntos en los pacientes, y a veces de manera secuencial. Así, es bastante probable que un paciente presente más de un trastorno, y no solo uno, a lo largo de la vida.
Según los resultados del trabajo, uno de los factores relacionados con el desarrollo del sistema nervioso (el gen DCC) está presente en la genética de los ocho trastornos estudiados. A su vez, el gen RBFOX1, que regula el proceso de corte y empalme de material genético (splicing) de muchos genes, está implicado en siete de los ocho trastornos. También se vio, por ejemplo, que el TDAH y la depresión comparten un 44 % de los factores genéticos de riesgo que son frecuentes en la población general. Y en el caso de la esquizofrenia y del trastorno bipolar, la cifra llega al 70 %.
Según Josep Antoni Ramos-Quiroga, miembro del Grupo de Investigación en Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR) y del CIBER de Salud Mental (CIBERSAM), "estos resultados ayudan mucho las personas con TDAH a entender mejor el trastorno y por qué pueden sufrir depresiones con más frecuencia". Por otra parte, añade, "es una nueva demostración científica de la persistencia del TDAH a lo largo de la vida, incluso en personas adultas". "Esperamos que todo ello ayude a reducir el estigma social alrededor del TDAH y del resto de trastornos mentales", complementa.
"Ahora sabemos que esta coocurrencia de trastornos psiquiátricos tiene, en parte, una base genética", apunta Cormand, que añade: "Por tanto, en el caso de una persona afectada por TDAH, podemos llegar a estimar el riesgo genético de que desarrolle otros trastornos que todavía no sufre, por ejemplo, la adicción a drogas, y así tomar medidas preventivas si el riesgo es elevado". "Sin embargo, estas predicciones son de carácter probabilístico y no hay certezas sobre ellas", aclara.
¿Cuándo se expresan los factores de riesgo en los trastornos psiquiátricos?
Los investigadores indican que el trabajo se adentra en el análisis de aspectos funcionales de las variantes genéticas de riesgo: por ejemplo, su impacto sobre la expresión génica en el espacio (en qué órganos, regiones específicas del cerebro, tejidos o incluso células se expresan los genes) y en el tiempo (en qué fase del desarrollo o de la trayectoria vital del individuo se activan). Además, también se analiza el genoma a escala tridimensional para detectar posibles relaciones entre variantes genéticas de riesgo y nada distantes.
Uno de los descubrimientos más relevantes del estudio, según afirman quienes participaron en él, revela que los genes que son factores de riesgo para más de un trastorno (gen con efectos pleotrópicos) suelen expresarse más durante el segundo trimestre del embarazo, coincidiendo con un momento decisivo en el desarrollo del sistema nervioso.
Curiosamente, algunas variaciones genéticas pueden actuar como un factor de riesgo genético en un trastorno determinado, pero en otros casos tienen un efecto protector. La profesora Raquel Rabionet, de la Facultad de Biología y del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona (IBUB), el Instituto de Investigación Sant Joan de Déu (IRSJD) y el CIBER de Enfermedades Raras (CIBERER), indica al respecto: "En el estudio se han identificado once regiones del genoma en que los efectos son contrarios en diferentes parejas de trastornos; es decir: protección en un caso, susceptibilidad en el otro". "Esto podría tener sentido en algunos casos en los que existe una variante genética con efectos contrarios en TDAH, trastorno que a menudo va asociado a obesidad, y anorexia", añade.
"Sin embargo, en el caso de trastornos del neurodesarrollo como el autismo y la esquizofrenia, se han descrito variantes genéticas con efectos opuestos y también otros que operan en la misma dirección", añade la investigadora y complementa. "Todo ello nos indica que las relaciones entre los genes implicados en los trastornos psiquiátricos son mucho más complejas de lo que imaginábamos y aún estamos lejos de poder resolver este puzzle".