Las dos últimas décadas del siglo XIX son consideradas como las más importantes para la historia de Brasil en los campos cultural, político y económico, época marcada por acontecimientos cruciales. Brasil termina el Segundo Imperio (1889), inicia la República y acaba con la esclavitud (1888), mientras el proceso de inmigración europea estaba en pleno apogeo, sumado al comienzo de la industrialización y el crecimiento de las grandes ciudades, por la migración de esclavos libres y europeos.
El pensamiento racial en Brasil refleja la medicalización general del pensamiento social, que comenzó con los médicos del siglo XIX. La ciencia social positivista de Spencer y Comte, de moda después de 1870, contribuyó a la medicalización. De 1880 a 1920, la enfermedad nacional, que el pensamiento social de Brasil más diagnosticó, conectando la salud individual y el bienestar nacional, fue la degeneración, vehículo importante para la crítica y el análisis social de los intelectuales de 1880 a 1940, tornándose muy popular y expandiéndose, de la criminalística y la psiquiatría, a la literatura y la sociología.
La degeneración proporcionó un denominador ideológico común a las propuestas de reforma de los gobiernos republicanos. La inmigración blanca, la renovación urbana, la vacuna contra la viruela, la regulación de la prostitución, la introducción de la educación física, medidas para restaurar la energía y la salud del cuerpo de la nación en el Estado de Bienestar Social desarrollaron Brasil a partir de 1930.
Aunque las conexiones de Gobineau con Brasil son evidentes, ya que fue cónsul en Río de Janeiro y tuvo correspondencia con el emperador Pedro II, muchos científicos sociales aceptaron la degeneración en el uso psiquiátrico de Morel, resistiendo a las teorías fatalistas de Gobineau, quien condenaban el mestizaje, pues sostenían que la mezcla racial tendría un efecto positivo en el blanqueamiento de la raza.
La retórica de la degeneración se mantuvo hasta la primera década del siglo XX, cuando se convirtió en la ideología central, cuasi oficial, de la república conservadora (1889-1930). Durante las primeras décadas del XX, Brasil experimentó una situación social y política agitada. La inconformidad popular se reflejó en constantes huelgas, brutalmente sofocadas por las autoridades. Comienzan a pensar en "clases peligrosas" capaces de alterar el orden e impedir el anhelado progreso. Durante la dictadura de Vargas (1930-1945), la degeneración orientó los nacionalismos de izquierda y derecha.
La eugenesia brasileña fue distinta a la europea, pues la base científica de la eugenesia brasileña proviene de la genética de Lamarck y, por eso, el movimiento eugenista brasileño consideró determinante la influencia del ambiente para lograr el mejoramiento de la raza, mientras que Inglaterra se fundamentó en Darwin.
Brasil fue la primera nación suramericana que tuvo un movimiento eugenésico organizado, la Sociedade Eugénica de Sao Paulo, establecida en 1918 por el doctor Renato Kehl (1889-1978). En 1929 se realizó el primer Congreso Brasileño de Eugenesia y Kehl comenzó a publicar la revista especializada Boletim de Eugenia. En la prensa se afirmaba que en Brasil se recibió la eugenesia como una nueva ciencia, capaz de introducir un “nuevo orden social” a través del perfeccionamiento médico de la raza humana.
Médicos pioneros como Oswaldo Cruz, Chagas y Rondón encabezaron un esfuerzo para educar al público para comprender que muchos brasileños eran improductivos debido a la enfermedad causada por las necesidades médicas y sanitarias insatisfechas, que dieron lugar a las campañas de salud más importantes en los años 1910 y 1920, contra la malaria, la fiebre amarilla y la leishmaniasis, que desafiaron las teorías deterministas climáticas y raciales que dominaban. Los médicos brasileños buscaron la intervención del Estado para mejorar las condiciones de vida de la población. El éxito de estas campañas produjo el derrocamiento de las teorías pesimistas y deterministas sobre el pueblo de Brasil, que veían la mezcla de indios y negros con el blanco como obstáculo insalvable para el desarrollo del país.
La profunda reorganización de la sociedad y cultura brasileñas comprendía y entrelazaba el orden urbano, psíquico, moral y corporal. Las nuevas ciudades “higiénicas” fueron producto del discurso médico y del urbanismo del fin del siglo XIX. Tras la Revolución de 1930, Getulio Vargas asumió el poder e implementó un régimen autoritario, el Estado Novo. La ciencia y la técnica no sólo eliminarían la pobreza, sino suplirían todas las carencias morales del hombre: un hombre nuevo, representado por la idea del trabajo y el autocontrol del ethos burgués.
El proyecto eugenésico fue parte del proceso de fortalecimiento de la nación. Renato Kehl se propuso convencer a la Asamblea Constituyente sobre la importancia de introducir reformas eugenésicas en relación con la inmigración. Una nueva ley de inmigración fijó cuotas raciales por primera vez en Brasil.
Abel Fernando Martínez Martín
Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).