Sobre la historia de la Medicina y los sueños

Abel Fernando Martínez Martín | 19/10/2021 - 07:15 | Compartir:

El médico Alberto Magno situaría en el lóbulo frontal del cerebro humano la parte sensible del cuerpo dedicada a recibir las impresiones celestiales y convertirlas en imágenes oníricas. A finales del siglo XIII gozó de gran prestigio su discípulo, el médico catalán Arnaldo de Vilanova, un jurista, teólogo, alquimista, astrólogo y una gran figura de la Medicina Medioeval; influenciado por el arabismo, fue perseguido por el Tribunal de la Inquisición. Arnaldo de Vilanova aplicaba la interpretación de los sueños al diagnóstico médico: quien soñaba con lluvias e inundaciones era de temperamento húmedo y frío y, seguramente, estaba enfermo por el exceso de flema a causa de una enfermedad pituitosa y quien soñaba con rayos o con fuego era de temperamento colérico, es decir, caliente y seco, y padecía a causa del exceso de bilis amarilla. 

Sobre la historia de la Medicina y los sueños
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Los indios iroqueses de Norteamérica celebraban anualmente una fiesta del sueño, una de sus principales ceremonias, en la que luego de danzas, carreras y gritos, al ritmo de la música de los tambores, caían en un estado de sueño que les revelaría la causa de la enfermedad que padecían. Al despertarse, al día siguiente, narraban al chamán el contenido de sus sueños, quien deducía la naturaleza y los deseos de los espíritus que se habían apoderado de los enfermos de la tribu. Los Pijaos del Tolima prehispánico achacaban la enfermedad al sueño de un miembro de la tribu, al que los familiares del enfermo perseguían para castigar o matar si era muy grave. Los sueños también hicieron parte del arsenal diagnóstico y terapéutico de médicos - sacerdotes muiscas y aztecas.

Para el racionalista René Descartes, en el siglo XVII, los sueños expresaban un movimiento de los órganos del durmiente, que traducía un deseo. Mientras dudaba metódicamente si estaba dormido o estaba despierto, en un sueño, según cuenta, se le reveló lo que debía hacer: buscar la verdad mediante la aplicación del método matemático. El sueño sigue ocupando a filósofos como Voltaire y Nietzsche y a médicos, poetas y escritores durante los siglos XVIII y XIX, hasta la aparición de La Interpretación de los Sueños de Sigmund Freud, el último año del siglo XIX, quien consideraba a los sueños como el verdadero camino para que el analista abordara el mundo inconsciente y sostenía que la interpretación de su lenguaje simbólico era la clave de la terapia psicoanalítica.

En la segunda postguerra de siglo XX nacen en la antigua Unión Soviética las primeras tentativas de tratamiento mediante el sueño inducido eléctricamente; el electro-sueño fue utilizado como sedante en enfermos psiquiátricos y en el tratamiento de diversas enfermedades, tanto funcionales como orgánicas. Privados del sueño los animales de experimentación mueren en unos cuantos días a pesar de lo bien que se alimenten. 

En 1952, el fisiólogo estadounidense Nathaniel Kleitman aplicó el electroencefalograma y registró el movimiento de los ojos durante el sueño, describiendo el sueño REM, durante el cual los durmientes sueñan. Asociado con William Dement, estudiante de medicina, desde 1953 se convertirán en los mayores estudiosos de la fisiología del sueño y de los procesos oníricos. En Francia, en 1965, y en Colombia, desde 1985 en la Fundación Santa Fe, nacen los Laboratorios de Sueño y los especialistas que miden flujos respiratorios, saturación de oxígeno en la hemoglobina, movimientos oculares y musculares, actividad eléctrica, movimientos del cuerpo y fases del sueño, buscando trastornos orgánicos, funcionales o psicológicos que alteran el sueño.

Hace un par de décadas la melatonina se convirtió en la hormona de moda, aislada por el dermatólogo Lerner, en 1958, de millares de hipófisis bovinas; se le atribuyeron propiedades como retardar el envejecimiento, prevenir el cáncer, potenciar la sexualidad e inducir el sueño. La melatonina fue convertida en la panacea de los años 90 del siglo XX, al ser fuente de juventud y causa de sueño en una sociedad que sueña ser cada día más joven, que afirma que soñar no cuesta nada, en tiempos neoliberales en que el sueño cada día cuesta más.

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Abel Fernando Martínez Martín

Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).

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