La Sífilis, el Mal Francés

Abel Fernando Martínez Martín | 04/01/2021 - 08:05 | Compartir:

La Sífilis es una enfermedad descrita desde los inicios del siglo XVI, si bien la identificación y la descripción del Treponema pallidum, las pruebas diagnósticas y el tratamiento con salvarsan y, posteriormente, con penicilina no se logran hasta la primera mitad del siglo XX. Se tardaron más de cuatro siglos para encontrar un tratamiento eficaz contra la Sífilis, la penicilina, un medicamento diferente a los tratamientos planteados en la obra clásica de Fracastoro en el siglo XVI, que se usaron hasta inicios del siglo XX. Sobre el origen de la Sífilis, unos sostienen que es europea otros que es americana y que coincide con el regreso del segundo viaje de Colón, que, en sus naos, además del oro, las plantas, las especies, los hombres y los animales exóticos, llevaba un cargamento de treponemas. 

La Sífilis, el Mal francés
Óleo de Girolamo Fracastoro (1483-1553), conocido médico y humanista del Renacimiento italiano nacido en Verona, que es considerado como el precursor de la epidemiología por sus tempranas teorías sobre el contagio. Tras estudiar en la Universidad de Padua, Fracastoro que estudió con Copérnico, ejerció como médico del Concilio de Trento. Escribió el poema Syphilis sive de morbo gallico en 1530 (derecha), donde describió y dio a la sífilis su denominación actual, procedente del nombre del protagonista de su obra, el pastor Syphillus, que es castigado por los dioses con la enfermedad. En su obra Del contagio y de las enfermedades contagiosas, de 1546, Fracastoro se anticipó a su época en la explicación de los mecanismos del contagio de las enfermedades en el Renacimiento.

El carácter contagioso de la Sífilis, su carácter epidémico, su rápida extensión en el Viejo Continente, se observa en los nombres atribuidos a la enfermedad en la primera mitad del siglo XVI: los franceses la llaman Enfermedad de Nápoles o Mal Italiano; los italianos, ingleses y los alemanes la llaman Mal Francés; los polacos la llaman la Enfermedad Alemana; los rusos la llaman el Mal Polaco; los turcos le dicen el Mal Cristiano; los españoles le dicen Mal Americano; los japoneses la denominan Enfermedad China y, todos en latín, siguiendo al italiano Fracastoro, la denominan: Morbo Gálico, que quiere decir, Enfermedad o Mal de las Galias, es decir, Mal Francés.

El nombre Sífilis, inspirado en una historia del poeta latino Ovidio, nace en el año 1530, cuando aparece por primera vez publicada, en una oda didáctica, escrita en latín y compuesta en verso, por el humanista, médico, astrónomo y poeta del Renacimiento italiano Girolamo Fracastoro, titulada La sífilis o sobre el Mal francés. Fracastoro fue el médico oficial del Concilio de Trento. El iconoclasta Paracelso, atribuye la aparición de la Sífilis al contacto sexual entre un leproso y una prostituta y recomienda el tratamiento con mercurio. Otros médicos la atribuyen a la conjunción, a finales del siglo XV, entre Saturno y Júpiter, bajo el signo de Escorpión, que rige los órganos sexuales, en la Casa de Marte. El médico judío-español López de Villalobos, en su Tratado Sobre las Pestíferas Bubas, escribe sobre la pandemia de sífilis: "Fue una pestilencia no vista jamás / en metro, ni en prosa, ni en ciencia, ni historia / muy mala, y perversa, y cruel sin compás. /Muy contagiosa y muy sucia en demás".

En el poema didáctico, Syphilus, pastor y cazador, ofende a los dioses olímpicos al cazar unas aves sagradas y Apolo lo maldice, enviándole como castigo una horrible enfermedad contra él y contra su pueblo. Fracastoro elogia las bondades terapéuticas del guayaco, que traían los españoles del Nuevo Mundo y exalta las virtudes del mercurio, fundamental para la curación. Aclara que el tratamiento es muy desagradable, pero que peores son la demencia, la parálisis y la muerte. Las emanaciones de mercurio, recomendadas por Paracelso y Fracastoro, causaban gravísimas lesiones en las mucosas, desarraigaban los dientes y producían graves úlceras en la boca y la garganta. La sabiduría popular afirmaba que "las enfermedades de Venus se curan con mercurio" y que: "Una hora con Venus, equivalía a una vida con Mercurio".

La Iglesia, ve en la nueva pestilencia un castigo divino, considera a la Sífilis como una enfermedad enviada por Dios para que "los hombres eviten los pecados de la fornicación" y predica como único remedio la castidad. San Dionisio es elevado a santo patrón de los sifilíticos. Fracastoro defiende la tesis de las causas naturales de la enfermedad contra la idea de que provenga de una maldición divina. En 1546, precisa el origen venéreo de la Sífilis en su obra "Del contagio y de las enfermedades contagiosas y su tratamiento", sosteniendo que "la infección ocurre solamente cuando dos cuerpos se unen en contacto mutuo intenso como ocurre en el coito". Sorprende que Fracastoro menciona la existencia de unos agentes muy pequeños, a los que llama semina, semillas de la Sífilis, unos cuerpos diminutos capaces de auto multiplicarse. Sus teorías serán olvidadas durante siglos y Fracastoro sólo reivindicado a finales del siglo XIX, cuando domina la Mentalidad Etiopatológica de Pasteur y Koch, que convierte las semillas de Fracastoro, en los microorganismos patógenos.

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Abel Fernando Martínez Martín

Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).

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