La Ayahuasca de la medicina amazónica se comercializa y patenta

Abel Fernando Martínez Martín | 18/07/2022 - 11:03 | Compartir:

El Yagé, término cofán que es el más utilizado en Colombia, es también conocido como Ayahuasca, término de origen quechua; se trata de una bebida mágico ritual utilizada desde hace siglos por la medicina tradicional de los pueblos de la selva del Alto Amazonas, de la Orinoquía y de las estribaciones de los Andes suramericanos, en países como Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Venezuela, donde también es popularmente conocido como Bejuco del alma.

La Ayahuasca de la medicina amazónica se comercializa y patenta
Izquierda: el enroscado bejuco selvático de la Ayahuasca o Yagé, Banisteriopsis caapi.
Derecha: la particular forma del bejuco al ser cortado. 
Su consumo fue descrito por los cronistas entre los indígenas amazónicos desde hace siglos y, hoy, además de su uso en la medicina tradicional, el Yagé es parte de religiones sincréticas brasileñas y de miles de abusos comerciales de su primigenio uso ancestral, siempre con fin de lucro, que ponen en peligro tanto la tradición ancestral, como la salud física y mental de las personas que lo consumen al desconocerlo y descontextualizarlo, denunciaron los chamanes amazónicos.

El Yagé es un brebaje ritual, tradicional de estos pueblos, que se extrae de dos plantas, destacándose un bejuco selvático (Banisteriopsis caapi) de cuya maceración y posterior cocción se obtiene, tras un complejo ritual que preside el Chamán, el Yagé, una bebida que contiene diversos alcaloides entre los que se destaca la Harmalina que tiene potentes efectos alucinógenos, que también aporta una segunda planta que se le agrega, lo que lleva a la producción de muy variadas ayahuascas por los chamanes suramericanos. 

El Yagé, presente en momias prehispánicas, es utilizado por los chamanes que, mediante la experiencia alucinatoria predicen el futuro, diagnostican y curan las enfermedades, realizan los ritos de iniciación y presiden todos los rituales y ceremonias que entretejen la cultura de estos pueblos aborígenes suramericanos.

En 1986, la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de los Estados Unidos decidió arbitrariamente concederle la patente sobre el Yagé a la empresa de bioterapia internacional Plant Medicine Corporation. Para los chamanes amazónicos era totalmente incomprensible que, en los Estados Unidos, patentaran el milenario poder del Yagé, acción que equivalía, según ellos, a algo tan irónico e inimaginable como el patentar la hostia y el vino de la misa católica, afirmando que: "el Yagé no es propiedad intelectual ni material de nadie, los pueblos indígenas reclaman la libertad de esta medicina ancestral", como guardianes, como defensores, pero no como dueños. 

La unión de los chamanes contra la Patente de Corso del Yagé logró sus frutos y, en noviembre de 1999, la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de los Estados Unidos de América decidió cancelar la abusiva y cuestionada patente que fuera concedida 13 años atrás a la empresa farmacoquímica norteamericana.

Hace dos años, en febrero de 2020, nueve representantes de los pueblos Siona, Inga, Coreguaje, Kamentsá-Biya y Cofán redactaron un manifiesto que hicieron público, en donde advertían sobre los peligros de salud y culturales de ingerir yagé sin un acompañamiento espiritual; sostienen que jóvenes indígenas se acercan a la medicina de yagé con superficialidad, asumiendo indebidamente el rol de médicos tradicionales; se disfrazan con plumas y collares y se hacen llamar taitas. Estas personas buscan ganancias a toda costa, poniendo en riesgo la salud espiritual y la vida de sus pacientes. También hay otros no indígenas que, sin conocimiento de medicina del yagé, organizan ceremonias, retiros espirituales, turismo del yagé y escuelas de chamanismo, señalan denunciando un fenómeno creciente y mercantilista de apropiación de tradiciones y conocimientos medicinales indígenas, prácticas que van en contra de convenios y tratados internacionales ratificados para proteger los patrimonios inmateriales, medicinales, espirituales y culturales de los pueblos indígenas.
 

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Abel Fernando Martínez Martín

Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).

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