Los Homo sapiens, los humanos modernos, salieron del África, donde se originaron, en la migración conocida como "Out-of-Africa", que ocurrió hace unos 60.000 años. En el Oriente Medio y Europa los Homo sapiens se encontraron, convivieron, se enfrentaron y se mezclaron con sus parientes, los neandertales, dejando huella en nuestro genoma y, en el Asia, sucedió algo parecido, cuando los Homo sapiens coincidieron con los Homo denisovanos y, de ese encuentro, surgieron enfrentamientos, pero también sucedieron intercambios, colaboraciones y diversos entrecruzamientos.
Prueba de los prehistóricos apareamientos es que los humanos modernos conservan en variantes genéticas de origen denisovano, testimonio de estos acercamientos sexuales entre estos tres Homo, o de estas tres variantes del género Homo, como se prefiera, los sapiens, los neandertales y los denisovanos, que se cruzaron unos con otros.
Los fragmentos del Homo denisovano fósiles que tenemos son pocos: media mandíbula, un hueso del dedo de un pie, un fragmento de cráneo, tres dientes y cuatro astillas de hueso. Todo lo que sabemos de ellos lo sabemos por la genética desde el 2010. Deben su nombre a la cueva Denisova de Siberia, donde se identificaron por primera vez sus restos, cerca de las montañas Altai, en la frontera entre Rusia y Mongolia. Un diente molar datado entre 12.000 y 200.000 años de antigüedad contenía genes similares a los neandertales, pero el ADN era lo bastante distinto como para sugerir que procedía de una rama diferente, hasta el momento desconocida de la evolución humana, que se había separado de los neandertales hace 600.000 años, de los que los sapiens se habían separado hace 800.000.
Un hueso de un dedo datado entre 50.000 y 80.000 años de antigüedad pertenecía al mismo linaje, que demostraba su existencia en Asia durante decenas de miles de años. Se han encontrado más fósiles denisovanos en la cueva, y se recogió material genético del suelo, de hace entre 200.000 y 50.000 años. Un fragmento de hueso de hace 90.000 años pertenecía a un híbrido denisovano - neandertal, una niña de 13 años, de padre denisovano y madre neandertal, que demuestra que los dos grupos Homo se mezclaron, ya que son filogenéticamente más próximos.
Algunos tramos del ADN de los antiguos humanos descubrieron los investigadores, coincidían estrechamente con el material genético que portaban los habitantes de Asia oriental, los nativos americanos, los aborígenes australianos y los habitantes de Nueva Guinea y otras islas de Oceanía que tienen entre un 4 % y un 6 % de genes denisovanos. A su vez, el ADN denisovano incluye un 17 % de ADN neandertal.
En 2019, los científicos encontraron el primer fósil denisovano más allá de la rusa Siberia, en una cueva, a gran altitud, ubicada en las montañas del Tíbet. Los Homo denisovano prosperaron en entornos diferentes; soportaron los duros inviernos de Siberia y el aire enrarecido de las montañas tibetanas. Se descubrió que en Laos los denisovanos vivían en bosques abiertos con manadas de elefantes enanos y otros mamíferos que cazaban y, afirman, que es posible que vivieran en tierras calurosas, como las selvas tropicales de Nueva Guinea y de las islas Filipinas; flexibilidad climática que contrasta fuertemente con la de los neandertales, que se adaptaron al clima frío de Europa y el Asia occidental, pero no se expandieron a otros lugares del planeta. Sus genes no están presentes en las poblaciones subsaharianas del África.
Investigadores españoles identificaron una de las huellas de la herencia genética proveniente de los extintos denisovanos que está más extendida entre los humanos modernos. Esta adaptación genética pudo ayudar a las poblaciones primitivas del Homo sapiens, salido del África, a adaptarse mejor al frío que encontraron en Eurasia. La variante observada, implicada en la regulación del transporte en la célula del zinc y en la transmisión nerviosa, podría haber predispuesto a los humanos modernos, es otro planteamiento que hacen, a sufrir trastornos psiquiátricos como la depresión, la esquizofrenia, la anorexia nerviosa, el trastorno de hiperactividad, el trastorno del espectro autista, el trastorno bipolar y el trastorno obsesivo compulsivo.
Una variante en el gen EPAS1, heredado de los Homo denisovanos, es el que permite la adaptación a la vida en altitud. Este gen denisovano se encuentra solo en el genoma de los actuales tibetanos. Sin embargo, esta adaptación genética en la regulación del zinc, que favorece la adaptación al frío, se encuentra en todas las poblaciones humanas actuales de Europa y las poblaciones nativas americanas. que se desarrollaron fuera del África. Las pruebas de ADN sugieren que pueden haber sobrevivido, los denisovanos en Nueva Guinea y en las islas circundantes hasta hace 15.000 o 30.000 años.
Abel Fernando Martínez Martín
Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).