Somos una especie en búsqueda de extinción

Abel Fernando Martínez Martín | 07/01/2020 - 12:49 | Compartir:

Desde su aparición como especie el Homo sapiens sapiens ha deteriorado su medio ambiente, pero nunca tanto como en las últimas décadas de su historia, llegando a comportarse como una incontenible y destructiva plaga, que ha convertido la atmósfera en una recalentada cámara de gases y el mundo en un basurero tóxico.

Somos una especie en búsqueda de extinción
Imagen divulgada por la agencia española de noticias EFE de uno de los miles los incendios que asolaron la selva amazónica en el año 2019, región que se calcula como una reserva, ya que produce el 20% del oxígeno del planeta. La especie humana busca con todo empeño su extinción.

Con nuestra razón construimos formas posibles de vivir en otros planetas y con la misma razón destruimos el nuestro. La crisis climática es grave, pero lo es mucho menos que la crisis bioquímica, la crisis ecológica y la crisis social que hemos causado con el acelerado desarrollo capitalista de la sociedad industrial. El ser humano no es una especie con capacidad absoluta de adaptación, el 99.9% de las especies existentes en la historia de la vida en la Tierra se ha extinguido. 

El economista chileno Manfred Máx Neef, Nobel Alternativo de Economía, afirma que: “hemos llegado a desmantelar o a destruir culturas con gran eficiencia, con el objeto de establecer economías” Las emisiones de gases y aerosoles en la atmósfera terrestre crecen ligadas a la evolución de la economía. La prosperidad económica conlleva mayores tasas de emisiones y, en cambio, las crisis económicas se caracterizan por emisiones más bajas.

El cazador recolector no altera tanto el medio ecológico que lo rodea interviene más sobre el medio las sociedades agrícolas al crear zonas de cultivo, canales de riego, sedentarismo, acumulación de basuras, contaminación de las aguas y convivencia con animales domésticos, favoreciendo el predominio de las enfermedades infecciosas y parasitarias. Pero es la sociedad capitalista en su fase industrial, la que más interviene la Naturaleza, cuando dominan las enfermedades crónicas y degenerativas. En el último medio siglo hemos contaminado el planeta más que en los miles de años de presencia del Homo sapiens sapiens, sobre la superficie de la Tierra. 

Los pesticidas se empezaron a usar en la agricultura mundial desde 1940. Durante las décadas de los cincuenta y sesenta del siglo XX la producción y el consumo de plásticos creció desmesuradamente, siendo el momento de mayor apogeo comercial. Hace 2.000 millones de años empezó a formarse la Capa de Ozono en la Tierra y sólo en 1928 inventamos los clorofluorocarburos, que utilizamos en refrigeración, aerosoles y en la fabricación de productos de la industria química. Productos químicos que en 57 años de uso produjeron el agujero en la Capa de Ozono, que fue detectado en 1985 y que aumenta la radiación ultravioleta generando serias alteraciones en los seres vivos. Los pañales desechables que se usan horas, duran 500 años en desecharse. Cada día prolongamos más la vida de nuestra basura, con la que no contaminamos sólo el espacio sino el tiempo. Miles de toneladas de residuos radiactivos no saben cómo guardarse o a qué país pobre vendérselos, para que los entierren en su territorio. 

Por la sobrexplotación la tierra pierde su capacidad productiva. Nuestras ruidosas ciudades son poco saludables. Se pierden terrenos agrícolas por la erosión, la pavimentación, la desertización y la sobrexplotación. Prosigue la desaparición de biodiversidad, se talan miles de hectáreas de bosques y la pesca exhaustiva agota los océanos. El agua se agota con el incremento poblacional y el aumento del consumo. La calidad de vida depende de la calidad del medio en que vivimos, nuestros perfiles de morbi-mortalidad reflejan lo que hacemos en el mundo, con él y en él. El crecimiento económico infinito resulta sumamente costoso si al destruir el ambiente que lo rodea el hombre pone en peligro su propia viabilidad como especie en el planeta, especie que buscó su propia extinción. El mundo empezó hace 15 mil millones de años, sin la presencia del hombre y si seguimos así, terminará, recalentado o congelado, pero sin él.

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Abel Fernando Martínez Martín

Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).

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