El médico griego más conocido en la historia de la medicina es, sin ninguna duda, el legendario Hipócrates de Cos. El segundo médico griego que alcanzó la fama mundial, 2.500 años más tarde, en el siglo XX, fue Georgius (George) Nicholas Papanicolaou (1883-1962), quien fuera pionero en la citopatología y en la detección temprana del cáncer. La prueba de Papanicolaou se utiliza hoy en todo el mundo para la detección precoz del cáncer del cuello de útero. George Papanicolaou nació, como Hipócrates en una isla, en la población costera de Kimi, de la isla de Eubea en el mar Egeo.
En 1898 entró a la Universidad de Atenas, donde Papanicolaou pretendía estudiar música y humanidades, pero su padre lo persuadió para que estudiara medicina. Comenzó sus estudios en la Universidad de Atenas y los finalizó, graduándose con honores en 1904, a los 21 años. Seis años más tarde, obtuvo el Doctorado en Medicina en Alemania, en la Universidad de Múnich (1910) y, tres años después (1913), emigró, con pocos dólares en el bolsillo como muchos europeos, y llegó en barco a Estados Unidos. No estaba solo, se había casado con Andromachi "Mary" Mavrogeni, quien se convertirá en asistente de laboratorio, sujeto de investigación y compañera de toda su vida.
Tuvo que tocar el violín en varios restaurantes neoyorquinos antes de trabajar como asistente de laboratorio en el Departamento de Patología del Hospital Presbiteriano de Nueva York, en 1913, donde conocían su tesis de doctorado y, en 1914, fue trasferido al Departamento de Anatomía de la Universidad de Cornell, donde pudo continuar con sus investigaciones sobre la diferenciación sexual. Papanicolaou publicó sus hallazgos en el American Journal of Anatomy, en 1917.
En 1923 el investigador griego pudo aislar unas células cancerosas y se centró en la investigación en el tema del cáncer. Aunque el hallazgo ya se había realizado con anterioridad, George Papanicolau desarrolló una técnica para conservar las células con la fijación y la tinción adecuadas. En 1928 presentó una comunicación en el Third Race Betterment Conference con el título "New cancer diagnosis", demostrando que se podían detectar células cancerosas uterinas en los frotis vaginales, una prueba sencilla, económica y no dolorosa, sin embargo, su importante trabajo para prevenir el cáncer uterino no fue reconocido por la comunidad médica hasta la década de 1940.
Los resultados experimentales de Papanicolaou fueron contundentes: la técnica desarrollada por el médico griego permitía diagnosticar casos de neoplasia uterina asintomática, que sólo podían demostrarse mediante biopsia. Los resultados los publicó en el American Journal of Obstetrics and Gynecology (1941), en su artículo "The diagnostic value of vaginal smears in carcinoma of the uterus". El método era sencillo, económico, podía utilizarse masivamente y permitía detectar el mortal cáncer en sus inicios.
Con la experiencia acumulada en la observación de las laminillas de vidrio, elaboró el Atlas de Citología Exfoliativa, que fue publicado en 1954. George Papanicolaou recibió el Premio Albert Lasker por Investigación Médica Clínica (1950). A principios de la década de 1950 se llevó a cabo un amplio ensayo de sus técnicas, que se consolidaron en la práctica médica. Cuando empezó a aplicarse con regularidad, las cifras de mortalidad por cáncer de cuello de útero disminuyeron drásticamente y, hoy, se le considera uno de los aportes más importantes en el terreno de la medicina preventiva desarrollados en el siglo XX, pues se calcula que desde 1940 el porcentaje de muertes en mujeres a causa del cáncer de cuello de útero ha decrecido un 70 %.
Treinta y cuatro años después de haber arribado a los Estados Unidos, en la postguerra, viaja a Europa, George Papanicolau, para presidir la Primera Conferencia Internacional sobre Citología, en Bruselas, Bélgica (1947). El progreso en la reducción de la mortalidad por esta enfermedad se atribuye al empleo rutinario de la citología exfoliativa y la tinción desarrollada por Papanicolau, gracias al resultado de agresivas campañas educativas que han motivado a la población mundial a adoptar este método diagnóstico como un estudio preventivo cotidiano tras iniciar la actividad sexual.
En 1961, con 79 años, el inmigrante griego que tocaba el violín para mantenerse fue invitado a la Universidad de Miami, para dirigir y desarrollar el Instituto de Investigación del Cáncer Papanicolaou, donde pretendió realizar el proyecto de citología más ambicioso del mundo, que no pudo llevar a cabo porque, el 19 de febrero de 1962, murió a causa de un infarto; fue enterrado en el pequeño pueblo de Clinton, en New Jersey.
Abel Fernando Martínez Martín
Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).