Los niños deshollinadores y el cáncer de escroto

Abel Fernando Martínez Martín | 27/06/2022 - 14:11 | Compartir:

Gran Bretaña se había transformado con la Revolución Industrial, convirtiéndose en la primera potencia mundial, pero creó nuevos focos de miseria y enfermedad en las ciudades que crecían con la migración del campo hacia los centros urbanos, donde surgían las fábricas aceleradamente, llenando de epidemias, miseria, humo y chimeneas la capital británica.

Los niños deshollinadores y el cáncer de escroto
Tarjeta de visita perteneciente a Sir Percivall Pott (1714-1788), famoso cirujano y ortopedista inglés del hospital San Bartolomé de Londres (izquierda), el primer científico en demostrar que el cáncer puede ser provocado por agentes ambientales, en este caso, el hollín y el cáncer de escroto de los niños que limpiaban las chimeneas de Londres, como el de la fotografía (derecha) eran muchachos muy jóvenes, incluso niños desde los 4 años trabajando, con media de edad de 7 años porque, por su reducido tamaño, eran los únicos que, en gran número, podían introducirse en las estrechas y largas chimeneas de ladrillo para poder limpiarlas y no prendieran fuego por el hollín, causando graves incendios en la ciudad.

Percivall Pott fue un cirujano británico del siglo XVIII, miembro de la Royal Society, uno de los padres de la ortopedia y el primer médico en demostrar que un cáncer puede ser provocado por agentes ambientales que actúan en el hombre como agentes carcinogénicos. Percivall Pott fue maestro de John Hunter, famoso anatomista y cirujano inglés, y describió la lesión vertebral asociada a la tuberculosis; la espondilitis tuberculosa lleva su nombre: Mal de Pott. 

Pott pasa a la historia de la Medicina Social al encontrar una asociación estadísticamente significativa entre la exposición al hollín y una alta incidencia de cáncer escrotal entre los niños deshollinadores de la industrial ciudad de Londres. Además de ser la primera descripción de un agente cancerígeno ambiental, es la primera referencia al cáncer como enfermedad profesional en plena era industrial. 

Percivall Pott, en 1775, publicó un tratado sobre el carcinoma de los deshollinadores. Después de describir la úlcera en el escroto, recomendaba extirparla quirúrgicamente de forma inmediata. Muchos médicos pensaban que la causa estaba en las enfermedades venéreas que abundaban en la época, pero Percivall Pott insistió en que el problema era debido a la "presencia de hollín en las rugosidades en el escroto" de los niños deshollinadores: "En la parte inferior del escroto, donde produce una llaga superficial, dolorosa, de mal aspecto, con bordes duros y elevados que en poco tiempo invaden la piel del dartos, y las membranas del escroto, y alcanza el testículo, que crece y se endurece". 

Describe, Pott, en su libro las pésimas condiciones de los niños deshollinadores de Londres: "El destino de esta gente parece singularmente duro; en su infancia con frecuencia son tratados con una gran brutalidad y apenas sobreviven al frío y al hambre; se introducen en lugares estrechos y a veces en chimeneas calientes en las que están enterrados, quemados y prácticamente sofocados; y cuando llegan a la pubertad, son propensos a una desagradable enfermedad dolorosa y fatal". Pott atribuyó el desarrollo de los tumores al acumulamiento del hollín en el escroto, por la falta de aseo de los limpiadores de chimeneas, consideró que el baño y el cambio de ropa frecuentes podrían prevenir la enfermedad. 

El cáncer del deshollinador parecía ser una enfermedad inglesa, no se conocían casos en el continente ni en América ni en Escocia. En 1785, el deshollinador alemán llevaba un traje ajustado completo con la cabeza cubierta, sin aperturas que permitiesen entrar el hollín. El deshollinador de Londres en 1851, muestra un chico sucio, con blusa ancha y pantalones, más expuesto al hollín que sus colegas.

A pesar de estas pruebas contundentes, los industriales retrasaron la adopción de las disposiciones sobre el trabajo de los niños en el sector, hasta 65 años más tarde, en 1840 cuando quedaron fijadas por Ley. Tampoco se demostró un modelo experimental de carcinogénesis por hollín hasta el siglo XX, el decenio de 1920, 150 años después de la observación epidemiológica original y, hasta 1930, más de 150 años después del descubrimiento de Percivall Pott, se identificó en el alquitrán la presencia de benzo (a) pireno, potente inductor de cáncer. 

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Abel Fernando Martínez Martín

Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).

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