El doctor Juan de Dios Tavera Barriga nació en Oiba, a principios del siglo XIX, realizó sus estudios universitarios en Bogotá y vivió durante medio siglo XIX en Tunja, donde desempeñó múltiples actividades, hasta su muerte en 1883.
Fue Tavera un hombre ilustrado, laborioso y polifacético, que ejerció en Tunja los variados oficios de médico cirujano, farmaceuta, científico, inventor, promotor de la salud pública y miembro de la primera sociedad científica colombiana; escritor, periodista, divulgador científico, músico, poeta, orador, fotógrafo, pintor, escultor, pirotécnico, taquígrafo, empresario y traductor; además, tenemos noticias de que trabajó como constructor de carreteras, buscador de oro, fabricante de fósforos, catedrático universitario de filosofía y medicina, profesor de higiene, botánica y zoología; rector del Colegio de Boyacá, representante al Congreso, diputado a la Asamblea del Estado de Boyacá y concejal de Tunja.
Los periódicos bogotanos de 1852 narran el trabajo conjunto que realizaron el doctor Juan de Dios Tavera y el doctor Antonio Vargas Reyes, su colega y socio, quien fue el fundador de la primera publicación médica colombiana, La Lanceta y de la Escuela de Medicina privada, que dará origen a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, de la que Vargas Reyes será su primer rector. La sociedad de médicos inventores Tavera Barriga-Vargas Reyes, en medio de la polémica nacional desarrollada a mitad del siglo XIX, entre el bando de los que pretendían estimular el talento nacional y los que preferían importar la tecnología de los países avanzados, pretendía iluminar a Bogotá mediante la instalación de un alumbrado de gas, inventado por ellos.
El gobernador de Bogotá firmó el 12 de febrero de 1852 el contrato con los médicos Vargas Reyes y Tavera Barriga. Los contratistas se comprometieron a iluminar las calles bogotanas: "en medio del júbilo ciudadano", se fijó el 7 de marzo de 1852 para inaugurar el alumbrado. Pero el experimento de los médicos fue un efímero y apestoso fracaso: "la prensa daba cuenta de cómo las lámparas del nuevo gas exhalaban un humo apestoso". La prensa habla de "mefíticas humaredas que salían sin tregua de las lámparas de Vargas Reyes. El fracaso del alumbrado de gas creado por el talento nacional había sido rápido y aparatoso".
Pero Juan de Dios Tavera no se dejó amilanar ante el fracaso y consiguió un nuevo contrato, esta vez él sólo, proyecto que también terminó en fracaso, aunque mejoró en relación con la propuesta anterior: Vargas Reyes traspasó a Tavera la parte del contrato y este logró un nuevo plazo para instalar un nuevo alumbrado, en esta nueva ocasión, sin las hediondas emanaciones del primero. El experimento de Juan de Dios Tavera fue mejor que el anterior que habían realizado con Antonio Vargas Reyes, en cuanto logró un gas más puro y una mejor iluminación, pero resultó casi igual en cuanto a su mínima duración. En octubre de 1852, Juan de Dios Tavera también había fracasado y Bogotá retornaba a las tinieblas hasta 1889, cuando en Bogotá se inauguró el alumbrado público.
El experimento de iluminación con "una hermosa luz de gas" fue primero demostrado en la Plaza Mayor de Tunja, por el vecino de la ciudad el doctor Juan de Dios Tavera Barriga, como cuentan los historiadores académicos Rubio y Briceño en su Historia de Tunja, de 1909: "El año de 1852 expuso una noche, en la plaza principal de esta ciudad, una hermosa luz de gas, en un gasógeno construido por él. Experimento que hizo para demostrar prácticamente la posibilidad de establecer, ese alumbrado en nuestras ciudades, cuando apenas la de Bogotá se alumbraba con unos pocos faroles alimentados de aceite".
Abel Fernando Martínez Martín
Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).