Ceras anatómicas, gabinetes y museos médicos

Abel Fernando Martínez Martín | 19/07/2021 - 10:20 | Compartir:

La relación existente entre algunas maneras de la reproducción visual y la medicina moderna –en suma, la proximidad entre el arte y la medicina– tuvo su origen en el Renacimiento, a partir de la aprobación, por parte de la Iglesia, de las autopsias de los cadáveres luego de siglos medievales de prohibición; este hecho estimuló el abandono de la lectura de textos galénicos y posibilitó la enseñanza de la anatomía con cadáveres humanos en las universidades europeas. De esta manera, la anatomía moderna, el dibujo y la pintura anatómica tienen, en Occidente, un origen común en el que son actores la medicina y las artes plásticas. 

Ceras anatómicas, gabinetes y museos médicos
Modelos femenino y masculino, ambos de increíble realismo, hechos en cera para el Real Museo de Física e Historia Natural de la Universidad de Florencia, conocido como La Specola. 
Los modelos fueron elaborados entre 1780 y 1782 para apoyar la enseñanza de la medicina en la Universidad de Florencia, a finales del ilustrado siglo XVIII.

El artista Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564) y el médico Andrea Vesalio (1514-1564) son contemporáneos, es más, mueren el mismo año, en 1564, Vesalio con 40 años menos, mientras Leonardo Da Vinci hace historia como dibujante anatómico y como pionero en las técnicas de inyección de cera para preservar los cadáveres a los que les realizaba "anatomías"; es decir, autopsias, que etimológicamente significa ver por sí mismo. Médicos y artistas se encontraban así en los anfiteatros aprendiendo anatomía humana y en las boticas, unos buscando pigmentos, los otros medicamentos.

Sobre los modelos anatómicos hechos en cera, técnica que se denomina ceroplástica, podemos afirmar que existen exvotos hechos en cera con partes anatómicas usados como ofrendas en los templos del Asclepio griego o del Esculapio romano. Fue una expresión artística que floreció en el Renacimiento italiano para consolidarse definitivamente en las últimas décadas del siglo XVII y durante el ilustrado XVIII, cuando se realizaron cientos de piezas anatómicas de cera coloreada con destino a las vitrinas de los gabinetes de curiosidades, las facultades de medicina y los museos, como el Real Museo de Física e Historia Natural de la Universidad de Florencia, conocido por su observatorio astronómico, llamado La Specola (El Observatorio). 

Este museo, creado en 1775, fue un referente mundial en ceras anatómicas que estuvo abierto al público desde su inauguración. El museo de La Specola de Florencia se convirtió, en el último cuarto del ilustrado siglo XVVIII, en el centro más importante de Italia en investigaciones de física y en ciencias naturales, realizándose reproducciones anatómicas de cera, cuyas copias fueron enviadas a otros países europeos como Austria y Francia. Los 1.400 modelos de su colección anatómica, todos realizados en cera, caracterizados por su increíble realismo, fueron elaborados entre 1771 y la segunda mitad del siglo XIX.

En un primer momento, el uso de las ceras anatómicas fue privado; los museos anatómicos de las facultades de medicina se desarrollaron a finales del siglo XVIII –gabinetes– y durante el XIX, para la enseñanza de la anatomía humana normal y patológica, y sus colecciones de ceras anatómicas incluían restos humanos y vaciados en distintos materiales. La innovación de los teatros anatómicos, que se convirtieron en museos, fue un paso en la enseñanza dirigida a un público más amplio. El museo europeo fue en el siglo XVIII, sostiene el maestro Carlos Rincón, "la tecnología epistemológica de la Ilustración".

A mediados del siglo XIX se empiezan a usar en la enseñanza de la dermatología moldes obtenidos del cuerpo del enfermo o del cadáver, que suplían la carencia de medios audiovisuales para reproducir las patologías que debían estudiarse, ya que la fotografía del momento no alcanzaba la calidad representativa que, en cambio, lograron las ceras como "imagen científica". El Museo de Reproducciones Plásticas de la Universidad Nacional de Colombia posee una importante colección de ceras realizadas en las primeras décadas del siglo XX por el artista Lisandro Mora Parra, piezas que fueron usadas para transmitir enseñanzas en la clínicas dermatológica y patología de esta universidad, en el Hospital de La Hortua; pedagógicas obras de arte que buscaban reproducir patologías específicas de la región inspirados en modelos franceses.

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Abel Fernando Martínez Martín

Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).

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