La anatomía patológica se constituyó tras paciente observación -autopsia significa ver por sí mismo- de miles de cadáveres en los anfiteatros de los hospitales repletos a causa de las guerras. Marie-Francois-Xavier Bichat (1771-1802), médico francés, discípulo de Pinel, fue cirujano militar en la Revolución Francesa, en 1798 dejó la cirugía y se consagró a la anatomía, la fisiología, la patología general, la investigación y la docencia. En 1800 es médico del Hotel-Dieu. Bichat experimentaba, disecaba órganos cuidadosamente hasta obtener fragmentos homogéneos, sometía estos a desecación, putrefacción, maceración, cocción y les agregaba ácidos y álcalis para determinar sus propiedades. Dividió los tejidos en 21 variedades. Bichat crea la anatomía general basada en la noción de tejido, base de la moderna histología, dejando atrás la anatomía descriptiva basada en el órgano.

Vitalista y sensualista, Bichat utiliza el método científico, la contemplación sensorial, la experimentación empírica, la causalidad. Se niega a matematizar la Naturaleza. Son los tiempos del romanticismo que ocupa la primera mitad del siglo XIX y de la tuberculosis, enfermedad del siglo. Bichat es fundador de la mentalidad anatomopatológica y la clínica de la medicina, sitúa la enfermedad en el tejido, donde une patología y fisiología, además de relacionar los síntomas de la práctica clínica con los hallazgos del cadáver. El ojo de Bichat es un ojo clínico, desconfiaba del microscopio "cuando se mira en la oscuridad cada cual ve a su manera". Trabaja febrilmente en disecciones, vivisecciones animales, experimentos de laboratorio, da conferencias, duerme en el anfiteatro; realiza 600 autopsias en un frío invierno parisino, además de dirigir la enseñanza de 80 estudiantes de medicina. Bichat muere tuberculoso a los 30 años.
"Nadie en tan poco tiempo, ha hecho tantas cosas y tan bien", le escribe el profesor de medicina Corvisart a su paciente, Napoleón, en 1802. Laennec, flautista aficionado, alumno de Bichat, inventa la auscultación mediata en 1819; Auenbrugger, en 1761, utiliza la percusión que difunde y perfecciona Corvisart: el oído muestra al clínico lo que está vedado a los ojos, la lesión orgánica explica los síntomas del enfermo, el signo físico explica al clínico la lesión del órgano, parten del cadáver para reconocer los signos físicos, luego pasan al ser vivo con el estetoscopio, de skopein, en griego mirar -no oír-, para diagnosticar.

Abel Fernando Martínez Martín
Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).