Me quiero detener en esta pandémica ocasión en una imagen que dio mucho de que hablar hace ya un año, se trata de la obra del artista urbano más famoso del mundo, el británico que solo conocemos por su pseudónimo, Bansky, del que casi nadie conoce su verdadera identidad, aunque se sabe que nació en 1974, en una pequeña ciudad en el sur de Inglaterra, y que afirma que "el arte debería confortar a los perturbados y perturbar a los confortables".
Bristol y Londres fueron las ciudades donde Banksy empezó a pintar las calles a finales de los años 80, después fueron Nueva York, Los Ángeles, París, Melbourne Cisjordania o la Franja de Gaza en Palestina. Hoy, Banski es famoso en todo el mundo artístico y vende sus obras de arte callejero en millones de dólares. Sus conocidas obras desaparecen de las calles y aparecen en museos, galerías de las principales ciudades del mundo de los cinco continentes, también ha publicado libros y videos.
Su arte urbano está lleno de críticas social y política, su mensaje antibelicista, armamentista y anti totalitarista, incluye a policías besándose, ratas, le gustan las ratas, sujetando pancartas, la Mona Lisa con una bazuca al hombro, monos con armas de destrucción masiva, activistas que lanzan ramos de flores y personajes que llevan plátanos en las manos en vez de llevar armas.
Bansky, nos interesa en esta Cátedra de Historias de la Medicina y Medicinas en la Historia, porque dejó hace un año, exactamente el 5 de mayo de 2020, en el Hospital Universitario de Southampton, ciudad puerto del sur de Inglaterra, clandestinamente, como siempre lo hace con sus obras, su particular homenaje dedicado al personal sanitario que luchaba en primera línea contra la Covid-19 al inicio de la pandemia por el nuevo coronavirus que tenía al mundo confinado y aterrorizado en medio del azar y la incertidumbre. La obra de un metro por un metro, la tituló el artista urbano británico: “Cambiador de juego”.
No se trató de uno de sus famosos grafitis callejeros cargados de crítica social, a los que nos tiene acostumbrados Bansky, se trató, en esta ocasión, de un pequeño cuadro dibujado por el artista al carboncillo, que representa a un niño pequeño, vestido con un overol, que está jugando con una muñeca que está vestida como enfermera del Servicio Nacional de Salud, que lleva toga, capa y un brazo estirado cual superhéroe, con el emblema de la Cruz Roja, el único elemento de color de la imagen y la cara cubierta con un tapabocas, mientras los superhéroes de ficción tradicionales, Batman, el hombre murciélago y Spiderman, el hombre araña, inútiles en esta crisis sanitaria que asola el planeta, desechados por el niño al cambiar de juego, aparecen tirados en la papelera de la basura. “Gracias por todo lo que estáis haciendo. Espero que esto ilumine un poco este lugar, aunque esté en blanco y negro”, dejó escrito el artista urbano británico Banksy en el hospital.
Abel Fernando Martínez Martín
Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).