En realidad fueron champiñones envenenados y no setas venenosas los que le causaron, en el año 54 de nuestra era, la muerte al emperador romano cojo y tartamudo de 64 años, Claudio César. Agripina, su sobrina y última mujer, la autora intelectual, le proporcionó uno de sus platos preferidos, un guiso de champiñones, que fueron preparados por la envenenadora "oficial", la esclava gala Locusta, que en latín significa Langosta, que luego trabajara para el emperador Nerón, aventajado hijo de Agripina e hijo adoptivo de Claudio, quien creó una "academia" de envenenadores con el fin de asesorar a los emperadores romanos en el arte de suprimir a quienes les estorbasen y, a su vez, protegerlos a ellos contra la posibilidad, que siempre estaba cercana, del envenenamiento. Agripina contó con la complicidad del eunuco probador de alimentos y del médico Jenofonte, quien remata al emperador.
El historiador romano Tácito cuenta sobre Agripina, quien había salvado de la condena a muerte a la esclava Locusta por hacer uso de sus habilidades toxicológicas: "Elige a una experta en tales artes llamada Locusta. Con el saber de esta mujer se preparó el veneno y se encargó de servirlo a Haloto, uno de los eunucos, que era quien solía llevarle las comidas a la mesa y probarlas... el veneno se echó en un sabroso plato de setas, y los efectos del tóxico no se notaron en un primer momento, ya fuera por la estupidez de Claudio, ya porque estuviera borracho… una descomposición del vientre había venido en su ayuda. Aterrada por ello Agripina... emplea la complicidad de Jenofonte, el médico. Se cree que éste, aparentando ayudarle en sus intentos de vomitar, hundió hasta su garganta una pluma untada en un rápido veneno". El emperador Claudio sufrió vómitos y diarreas en su lenta agonía.
Sabemos que el veneno utilizado fue el arsénico. Al morir el emperador Claudio sube al trono Nerón, hijo de Agripina, quien durante su mandato andaba con una legión de esclavos probadores de alimentos, y quien también recurrió a sus servicios para envenenar a su hermano Británico que estaba a punto de cumplir los 14 años, el heredero directo del trono de Roma al morir el emperador Claudio, pero impacientado éste porque el veneno no producía rápido efecto, Locusta preparó otro más letal, la sardónica, una planta tóxica originaria de la isla de Cerdeña, siendo posterior y generosamente recompensada Locusta por el emperador Nerón.
Unos años más tarde el emperador romano Galba mandó dar muerte a la envenenadora "oficial" del imperio, una vez el Senado romano, escandalizado por los excesos del emperador, se rebeló contra Nerón. Tras el suicidio de Nerón, Locusta fue acusada de haber causado unas cuatrocientas muertes, toda una asesina en serie. La envenenadora fue primero paseada encadenada por la ciudad de Roma y luego ejecutada, en el año 39 de nuestra era.
Cuenta el historiador romano Tito Livio que en el año 86 antes de nuestra era: "Un sinnúmero de muertes, repentinas y con los mismos síntomas todas ellas, sembraron el pavor en la sociedad romana. No se sabía a qué atribuir tanta defunción; era como una epidemia… una esclava denunció el contubernio de unas veinte damas romanas que se dedicaban a preparar pócimas venenosas, con las cuales quitar de en medio a personas odiadas o bien heredables. Las inculpadas protestaron de su inocencia, asegurando que se trataba de medicinas. La esclava denunciadora sugirió entonces que lo demostraran bebiéndoselas ellas mismas. Se las invitó a hacerlo, y murieron todas". Ante el repentino exceso de viudas ricas, en Roma, aparece la primera ley anti - veneno, conocida como la Lex Comelia Maestration.
Abel Fernando Martínez Martín
Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).