Existía entre los muiscas la Cuca, "academia o universidad, donde están algunos pretendientes con otro viejo". Era el centro de formación de los jeques "a quienes acuden en caso de enfermedad, mortandad o hambre", son médicos que "tienen noticia de hierbas virtuosas".
Heredaban al jeque, los sobrinos hijos de la hermana. El Informe de la Real Audiencia de 1597 consigna: "en un bohío apartado ponen tres o cuatro indios juntos de diez años para arriba y allí ayunan cuatro o seis años para ser Jeques [...] vienen los jeques viejos [...] les dan la ley y enseñan cómo han de ser sus sacrificios y saumerios y les enseñan a pintar y a tejer mantas y no salen al Sol ni les da aire", no se bañan en los seis años, solo se limpian los dedos de las manos. Al terminar, eran lavados y vestidos con una manta blanca. Seguía una gran borrachera con chicha; el Cacique le horadaba las orejas, le daba la mochila para la coca, el calabazo y el palillo para mambear. En su formación recibía azotes, conocimientos religiosos y astronómicos; manejo de plantas curativas y sicoactivos como tabaco, coca, yopo, chicha y borrachero e interpretación de augurios. "No les parece que sean lujuriosos o lascivos". La comunidad los mantenía.
Abel Fernando Martínez Martín
Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).