En 1700 es cuando el médico italiano Bernardino Ramazzini (1633-1714), profesor de las universidades de Módena y Padua, conocido como el Padre de la salud ocupacional, escribe De Morbis Artificum Diatriba, (Sobre las Enfermedades de los Artesanos a que están expuestos por razón de sus profesiones especiales), el primer tratado sistemático sobre higiene profesional y la relación existente entre las enfermedades y los oficios, el trabajo y la vida. Ramazzini estudia cuarenta oficios artesanales en la primera edición: la intoxicación por plomo de los pintores, describe el saturnismo; las enfermedades de los doradores y estañadores; las intoxicaciones por antimonio en los que coloreaban el vidrio; las enfermedades por intoxicación con mercurio en los cirujanos que trataban la sífilis con ungüentos mercuriales y los boticarios, que los preparaban; las enfermedades oculares de herreros y tipógrafos y la silicosis de los mineros, albañiles y canteros. Incluye Ramazzini otras profesiones: tabaqueros, sepultureros, pescadores, lavanderas, alfareros, limpiadores de letrinas y hombres de letras. Sostenía Bernardino Ramazzini, con mucha razón, que la peor enfermedad era la pobreza.
En 1713 salió en Padua la segunda edición de su obra que estudia 13 oficios más, en total 53 oficios, incluye: el trabajo de tejedores, marineros y remeros; de cazadores, fabricantes de jabón y de ladrillos; impresores, carpinteros y afiladores de cuchillos, así como estudia los problemas causados por las altas o bajas temperaturas, las posturas inadecuadas, el sedentarismo o los movimientos desgastantes o con exceso de peso, visitando a los artesanos en el lugar y en las condiciones donde practicaban sus oficios, analizando las materias primas y entrevistando a los artesanos.
En la segunda edición de Sobre las Enfermedades de los Artesanos, Ramazzini, incluye un capítulo sobre el régimen de vida de las monjas (de sacrarum virginum valetudine tuenda). Ramazzini escribe, iniciando el siglo XVIII, la primera observación clínica sobre la evidencia de que la peste maldita, como se denominaba al cáncer de mama, era más frecuente en las monjas, que entre las mujeres casadas. Era la primera relación que se hacía entre las hormonas y el cáncer. Sus observaciones fueron replicadas por otros médicos como Rigoni-Stern, a quien se le considera uno de los primeros epidemiólogos del cáncer: los cánceres de mama eran muy frecuentes en las comunidades religiosas, cinco veces más frecuentes que entre las mujeres casadas, como demostraron estadísticamente, que los cánceres de cérvix eran más frecuentes entre las prostitutas.
En la última obra, Oratio, que escribió Bernardino Ramazzini en 1714, poco antes de morir de apoplejía, en Padua, incita a los médicos de su ilustrado tiempo a que amplíen sus horizontes culturales viajando y contactando con otros colegas del mundo. En su honor se denomina en su ciudad natal Carpi, Collegium Ramazzini a una institución internacional dedicada a la investigación de problemas de salud en el trabajo, además de ser la sede de la Fundación Europea de Oncología y Ciencias Medioambientales “Bernardino Ramazzini”.
Abel Fernando Martínez Martín
Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).