Antonio Martínez Zulaica fue médico, humanista, profesor universitario, académico, escritor, columnista, ensayista, crítico e historiador del arte y de la medicina. Nació, Antonio Joaquín Martínez Zulaica, en Ujo, en Asturias, norte de España, en 1922. A sus 14 años iniciaba la Guerra Civil Española, que destruyó el país de 1936 a 1939, dejando un millón de muertos. Un tío suyo, también médico, Antonio Zulaica, que había desempeñado cargos sanitarios directivos en Asturias, en la República, terminó en un campo de refugiados en Francia y de allí fue solicitado por su hermana, desde Medellín, a donde fue enviado el médico refugiado de la Guerra Civil Española, tío materno de Antonio Martínez y quien lo trae a Colombia.
Martínez Zulaica estudió medicina en las universidades de Valladolid y Salamanca, en la que obtiene su Doctorado en Medicina (1947), especializándose en Medicina Interna. Consideraba que las humanidades médicas eran inseparables y complementarias de la actividad clínica. En los años 60 del siglo XX, Antonio Martínez Zulaica montó en trasatlántico, con su familia, y se radicó en Colombia, persuadido por su tío Antonio Zulaica, quien residía en Rionegro, Antioquia.
Se desempeñó desde su llegada como jefe de Urgencias del Hospital San José en Bogotá (1962-1968) y como profesor en la Facultad de Medicina del Rosario, donde dictó la cátedra inaugural en 1965, Facultad de Medicina que ayudó a refundar con la dirección del patólogo Guillermo Fergusson; fue también docente de la Universidad Javeriana. Adoptó la nacionalidad colombiana (1968) y fijó sede definitiva en Tunja, donde ocupó la Jefatura del Departamento de Medicina Interna del Hospital San Rafael e ingresó como profesor a la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).
Desde finales de la década del 60 del Siglo XX, en un largo proceso de un cuarto de siglo en el que participaron muchas personas, vuelven a lanzar la idea de crear una Facultad de Medicina en Tunja, que lleva a la conformación del Comité Pro-Facultad de Medicina (1979), que se convierte en Fundación, de la que hizo parte Antonio Martínez Zulaica, que realiza los estudios de prefactibilidad y factibilidad, construye la infraestructura y gestiona la Ley 50 de 1986, que autorizó al Gobierno nacional para crear un programa de Medicina con orientación comunitaria en la UPTC, en Tunja, la cual, en agosto de 1994, inició su primer semestre académico.
Se dedicó a la docencia dictando cursos de Historia del Arte, Antropología Cultural y Humanidades como profesor de la UPTC. Periodista, editorialista de La Tierra, el primer diario que circuló en Tunja en los 80 del siglo XX, con su columna diaria Ventana sin rejas. Ingresó a la Academia Nacional de Medicina y perteneció a la Academia Boyacense de Historia, a la Academia Colombiana de Historia de la Medicina y a la Sociedad Bolivariana, así como a la Real Academia de Historia de la Medicina de España.
Fue autor prolífico, con más de 20 libros, entre novelas, historias del arte, historias de la medicina, píldoras y patobiografías, donde relaciona la enfermedad como factor condicionante de la vida. En el campo de la historia del arte, publicó en 1971 Bases para la interpretación de la Historia del Arte; Arte Religioso Boyacense de los siglos XVI al XVIII, en 1977; Las Artes Plásticas en Boyacá, en 1983; y Camino Ancho al Arte Último, en 1989. Entre su producción literaria destacan las novelas Pura Gente, de 1972; Dios, ¿dónde estás?, de 1980, basada en sus experiencias como médico de urgencias en el hospital San José de Bogotá; y su última novela: Napoleón Espumas, Rector Magnífico, de 1996, que recoge su experiencia en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, en Tunja.
En el campo de la historia de la medicina destacan sus libros Muertes, Médicos y Moribundos, de 1959; y La Agonía del Precursor y La Medicina del siglo XVIII en el Nuevo Reino de Granada, de 1973. Tres fueron los estudios patobiográficos publicados por Martínez Zulaica: Patobiografía de Simón Bolívar (1975), Cólicos Republicanos: Patobiografía del General Santander (1978) y Antonio Nariño, Prometeo Andino. Estudio Patobiográfico (1994), último de la serie. Su último trabajo en historia de la medicina fue el libro Fosas y Bronces, la Medicina en la ciudad de Tunja, su evolución histórica, de 1989.
Por su vida, obra y trabajo, el Concejo de Tunja declaró a Antonio Martínez Zulaica Ciudadano Honorario y el gobierno de Boyacá, por su labor en la cultura y la educación en Boyacá, le concedió la Orden de Los Lanceros. Antonio Martínez Zulaica falleció en Tunja, a los 73 años, el 6 de mayo de 1996.
Abel Fernando Martínez Martín
Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).