En 1578 se recibieron solemnemente en ciudad de México las reliquias enviadas por el papa al Colegio jesuita de San Pedro y San Pablo: 214 reliquias, 11 de apóstoles y evangelistas, 57 de mártires, 14 de doctores de la iglesia, 24 de confesores, 27 de santas, una espina de la corona de Cristo y un fragmento de la cruz. El 1 de noviembre de 1578 las reliquias en sus relicarios se llevaron en procesión de la Catedral a la iglesia de San Pedro y San Pablo, en 200 andas transportadas por indígenas del valle de México con música y chirimías. Se levantaron cinco arcos triunfales en los que colocaron poesías, emblemas y pinturas y celebraron actos literarios.
La relación de la fiesta de las reliquias en Santafé inicia con la llegada de Luis de Santillán desde Cartagena en 1612, quien hizo entrega de las reliquias enviadas por el general jesuita al colegio de Santafé. Se decidió realizar la fiesta en la Catedral, por ser pequeño y estar en construcción el templo de la Compañía.
La procesión de 20 andas con las reliquias convocó a las órdenes religiosas, el cabildo catedralicio y el de la ciudad, la Real Audiencia y los pueblos de indios vecinos. Partió de la iglesia de San Francisco a la Catedral. La noche anterior hubo iluminación de la Calle Real, repique de campanas y chirimías. Cien indígenas de la doctrina de Fontibón realizaron una comparsa de disfraces, mientras las andas adornadas se guardaron en la iglesia de la Compañía y fueron llevadas en la madrugada a San Francisco, al llegar a la Catedral, fueron saludadas con salvas de arcabuces. En la noche, fueron llevadas a la iglesia jesuita, donde estuvieron expuestas e iluminadas en el altar mayor ocho días.
Reliquias y relicarios desempeñaron un importante papel de cohesión social colonial. Las reliquias de los mártires se pasearon solemnemente por la ciudad, para poner fin a la sequía, hacer cesar la lluvia o contener epidemias. En Tunja, Santafé, México, en el territorio de la monarquía, se hicieron solemnes procesiones para recibir las reliquias, impulsadas por la Compañía. Una "teatralizada manifestación festiva".
Los jesuitas se establecieron en Tunja en 1611. El colegio inició en 1613. En 1614, durante las Carnestolendas, 10 andas salieron ricamente adornadas del real convento de Santa Clara hasta el pequeño templo de la Compañía, edificado dentro del colegio a media cuadra de la plaza mayor. Tunja solo tenía una reliquia en la Iglesia Mayor.
La llegada de los jesuitas está entrelazada con la mentalidad barroca, las procesiones, los ejercicios espirituales y la presencia de las reliquias de santos, vírgenes y mártires, que incluyen cuerpos enteros, cabezas, sangre, fragmentos óseos, cráneos, dientes y muelas, sangre y pelos, vestidos e incluso fragmentos de la cruz; los altares se vuelven verdaderos relicarios y el templo en donde se ubican, como la iglesia del colegio jesuita de Tunja, está lleno de imágenes y pinturas, que refuerzan los poderes taumatúrgicos de las reliquias. Traen de Santafé un sagrario dorado para las reliquias tunjanas.
En México procesionaron 200 andas con 214 reliquias. En Santafé, 20 andas con 139 reliquias; en Tunja, 10 andas con 79 reliquias; en Cartagena, 8 andas; en Panamá, un espectáculo naval con las andas. La Compañía de Jesús acompañó las procesiones con coloquios literarios, certámenes de poesía, sermones y obras de teatro sobre los santos mártires.
Hoy conocemos el altar relicario jesuita de Bogotá. El altar relicario del camarín de los Dolores del templo de Tunja de la Compañía y sus reliquias se han perdido debido a los avatares sufridos desde la expulsión de los jesuitas, en especial, en la Independencia. El espacio, hoy vacío, nos recuerda que las reliquias acompañaron a los enfermos, los tocaron, en estos barrocos tiempos de nuestra historia, para aliviar sus dolores y padecimientos, para alejar las mortales pestes y, a los muertos, literalmente, acompañarlos a bien morir.
Abel Fernando Martínez Martín
Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).