Al finalizar 1816 la reconquistada Santafé, capital del Nuevo Reino, por el Ejército Expedicionario de Costa Firme, el gobernador Juan Sámano, futuro virrey, como Juez Conservador que es de la salud pública, decidió abrir la Real Academia de Nuestro Monarca, el señor Don Fernando VII y de Nuestra Reina y Señora Doña Isabel Francisca de Braganza, bajo la dirección de Pablo Fernández de la Reguera, médico, cirujano, químico y boticario, que se desempeñaba por esa bicentenaria época en Santafé como jefe de hospitales militares y boticas.
El objetivo de la Real Academia era capacitar a las figuras médicas existentes en Santafé sobre los problemas de salubridad reinantes, controlar las epidemias, formar el personal médico y los cirujanos necesarios para atender los hospitales militares de los ejércitos del rey y, además, reiniciar en el Nuevo Reino la enseñanza de la medicina. Hicieron parte de esta olvidada Academia, ocho médicos, tres religiosos y un profesor de química: su director Pablo Fernández de la Reguera, los primeros ayudantes de Cirugía Médica, doctores Joaquín García y Benito Osorio, los segundo ayudantes de cirugía médica, los doctores José Félix Merizalde, Crisóstomo Zapata y Santos González y, sin ningún cargo, los doctores Joaquín Moya y Juan Gualberto Gutiérrez, don Julián Torres y los hospitalarios fray Mariano Barroeta, el boticario fray José Antonio Bohórquez y fray Agustín Silva del convento hospital de san Juan de Dios de Santafé.
La Real Academia empezó las clases el jueves 6 de febrero de 1817, las clases iban desde las 9 a las 12 de la mañana y de las 4 a las 7 de la noche, "con objeto de conferenciar de los diferentes ramos que abrazan a las facultades científicas de Medicina, Cirugía, Farmacia y Química". Sus actividades no estuvieron reducidas a la docencia pues tomó medidas a cargo del Protomedicato suprimido por Fernando VII, como: "que las boticas de San Juan de Dios y de Don Antonio Gorraes, se hallaran constantemente y a cualquiera hora de la noche, en disposición de favorecer a la humanidad afligida por las enfermedades".
En 1817 los oficiales de la Real Academia fueron el director Fernández de la Reguera; el censor el doctor Vicente Gil Tejada, secretario 1º. José Joaquín García y 2º. Crisóstomo Zapata, contador el doctor Benito Osorio; tesorero el licenciado Antonio Gorraes y como académicos los doctores José Félix Merizalde, Santos González y Manuel Moya, los hospitalarios, el prior Manuel Lorenzo Amaya, Mariano Barroeta, José Antonio Bohórquez, Agustín Silva y Agustín Uscátegui, los bachilleres Gualberto Gutiérrez y Francisco Trespalacios y los señores Julián Torres y Domingo Herrera.
Abel Fernando Martínez Martín
Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).