Por los sucesivos calentamientos que sufrió la Tierra, los humanos modernos prosperaron, domesticaron especies vegetales para cultivos y seleccionaron especies animales como ganado. Existió una pequeña glaciación medieval, marcada por un calentamiento global en todo el planeta. Los períodos fríos son frecuentes; se les atribuye las migraciones de los pueblos bárbaros de las estepas asiáticas hasta el interior del Imperio Romano, debido al recrudecimiento de las condiciones climáticas en su región.

Tras la caída del Imperio Romano de Occidente comienza una fase más cálida que se conoce como el 'pequeño óptimo climático', es la época de las expediciones vikingas, los deshielos abren paso a sus barcos, saqueos y conquistas que los llevan a Constantinopla, el Mediterráneo y a América. El período dura cinco siglos, desde el 700 al 1.200, cuando vuelve a enfriarse el clima en la Tierra. En Asia Central, cuando hay lluvias, la hierba crece en las estepas y los pueblos nómadas prosperan; cuando suceden las sequías se hace imposible la subsistencia de hombres y animales y los pueblos migran produciendo invasiones en Europa, India o China, así se explican grandes invasiones como la de los hunos, los turcos o los mongoles.
En el 'Período Cálido Medieval', el clima en Europa fue más cálido que el actual, la vid se cultivó al sur de Inglaterra. Los glaciares suizos se retiraron a cotas altas. Entre el 1.000 y el 1.300, la población europea se multiplicó por tres. El clima óptimo favoreció la agricultura. En el siglo XIV, el clima de nuevo se enfría. En el 1350 el clima de Europa entró en la Pequeña Edad de Hielo, de la que salió hasta 1850. Las bajas temperaturas no fueron constantes. Hubo dos pulsiones de frío, una al principio, en el siglo XIV, otra al final, en la primera mitad del XIX.

Durante la Pequeña Edad de Hielo de la Edad Media, desaparecieron los viñedos de Inglaterra y el cultivo de cereales en Islandia. Recogen los artistas de la época escenas en las que, incluso en Londres, llegaron a organizarse ferias y mercados sobre las aguas heladas del Támesis. Más al sur, en los períodos más crudos, se produjeron grandes avances de los glaciares de los Alpes y de Escandinavia, que cubren valles poblados y zonas que habían sido cultivadas anteriormente, provocando crisis en las cosechas, hambrunas y la aparición de la peor epidemia por el Viejo Mundo conocida, la devastadora Peste Negra, cuya letalidad solo fue superada en 1918, el año más frío del siglo XX, cuando la pandemia de gripa conocida como la Dama Española, envió a la fría tumba a 50 millones de personas.

Abel Fernando Martínez Martín
Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).