En los escarpados Andes del Perú se encuentra la línea férrea más alta del mundo, la del Ferrocarril Central del Perú, que alcanza los 5.000 metros de altura sobre el nivel del mar. Su construcción, iniciada en el año 1869, duró tres años durante los cuales una epidemia de Fiebre de Oroya, mató 8.000 trabajadores, dejando tramos, donde cada durmiente de la vía representa un trabajador muerto por la Fiebre de Oroya.
Cuando la Academia Peruana de Medicina creó un premio al mejor trabajo científico sobre la Verruga Peruana, enfermedad que devastó el Perú desde tiempos precolombinos según evidencia su cerámica, el estudiante de medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos Daniel Alcides Carrión, nacido en Cerro de Pasco en Perú, influenciado por las teorías etiopatológicas de Luis Pasteur y Robert Koch, pero sin contar con un laboratorio, sin apoyo de los médicos del hospital ni de sus profesores de la Facultad de Medicina, que no prestaron atención a su propuesta, decide experimentar en sí mismo para demostrar el carácter infeccioso de la Verruga Peruana.
En 1885, Daniel Alcides Carrión se inocula la secreción de un enfermo de Verruga Peruana, produciendo en sí mismo los síntomas de la Fiebre de Oroya, consideradas hasta ese momento dos enfermedades diferentes, que hoy conocemos como Bartonelosis o Enfermedad de Carrión, en honor del mestizo estudiante de medicina peruano, que sacrificó su vida al comprobar su idea. A los pocos días el estudiante de medicina empezó a sentirse enfermo con fiebre y debilidad, sus compañeros de clase lo atendieron y llevan el registro clínico por él iniciado y la posterior publicación del fatal experimento. Daniel Alcides Carrión fue internado pocas horas antes de morir, primero en el Hospital Dos de Mayo, luego fue trasladado el 4 de octubre a la clínica francesa Maison de Santé de Lima, donde murió el 5 de octubre de 1885; tenía 28 años de edad. Su compatriota, el microbiólogo Alberto Barton Thompson (1870-1950), 20 años más tarde, descubrirá el agente infeccioso de la Enfermedad de Carrión, la Bartonella, bacteria que toma el nombre por su apellido Barton, de origen inglés.
Abel Fernando Martínez Martín
Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).