La Medicina Social será reivindicada casi un siglo después de Rudolf Virchow, por el gran historiador médico suizo Henry Sigerist (1891-1957) nacido en París, que estudio Filosofía en la Universidad de Zurich y lenguas orientales en el University College y el Kings College de Londres. Doctor en Medicina de la Universidad de Zurich en 1917.
De formación marxista, decidió estudiar Historia de la Medicina y para ello se trasladó a la Universidad de Leipzig donde aprendió la disciplina con Karl Sudhoff, pionero alemán en el campo. Posteriormente fue llamado a Leipzig para suceder a su maestro como director del Instituto de Historia de la Medicina de Leipzig.
Sigerist rescata la propuesta de la Medicina Social de Virchow. Invitado a Estados Unidos viaja en 1931, huyendo de los Nazis, como profesor visitante a Baltimore y al recientemente creado Instituto de Historia de la Medicina Johns Hopkins, que dirigía William Henry Welch y que Sigerist termina dirigiendo hasta 1947, donde logra su prestigio internacional como humanista, sociólogo e historiador de la medicina. Henry E. Sigerist representa la corriente radical de la sociología médica, escribe 27 libros y 455 artículos filológicos, filosóficos y sociológicos. En 1941 define las tareas de la medicina en cuatro niveles, la Promoción de la Salud, la Prevención de la Enfermedad, la Atención y la Rehabilitación; sus ideas serán la base de la famosa definición de la OMS de 1946, que considera la Salud como el completo estado de bienestar físico, mental y social. Su obra sanitaria influyó en todo el mundo. Promulga una visión integral de la medicina a través del ejercicio de la Promoción, Prevención, Atención y Rehabilitación, funciones adaptadas por Hugh Leavell y Gurney Clark y divulgadas mundialmente como Niveles de Prevención, que influyeron en la definición de la OMS y en la sociología médica del funcionalista Parson.
Sigerist escribía en 1941 que el problema de la salud no es un problema de los médicos: "la guerra contra la enfermedad y por la salud… es una guerra del pueblo, para la cual toda la población debe ser movilizada". Defiende una amplia provisión de servicios públicos de Salud. Enfatiza en la necesidad de interesarse por la Salud y no solo por la enfermedad, "la salud es mucho más que la ausencia de enfermedad, es algo positivo, una actitud alegre hacia la vida". Sostenía que cada caso clínico debe ser analizado médica y socialmente, dando un amplio espacio a la introducción en los currículos médicos de la enseñanza de las humanidades y las ciencias sociales, promoviendo una práctica que "rompa las barreras entre medicina preventiva y curativa"; recalca la importancia de los factores ambientales en la causalidad de la enfermedad, la necesidad del contacto del estudiante con la realidad social y el fundamental papel de la cultura, la sociología y la historia: "El medio social y físico, causa de casi todas las enfermedades, es modificado a su vez por la Civilización, que tan profundamente ha alterado la vida del hombre… La higiene y la salud pública, igual que la medicina general, no son sino un aspecto del conjunto de la civilización de su época, y son determinados, en amplio grado, por las condiciones culturales de su tiempo". Sostiene que la medicina "por necesidad debe transformarse en medicina preventiva… de cada treinta dólares gastados hoy en atención médica, solamente uno se destina a prevención y veintinueve a tratamiento". Al retirarse, regresó a Suiza donde falleció en 1957.
Abel Fernando Martínez Martín
Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).