Tegua es un colombianismo que se aplica a la persona que ejerce la medicina sin título. Los Teguas eran una tribu indígena colombiana que en el momento de la conquista habitaba la región de Lengupá en Boyacá, en el piedemonte llanero, territorio que corresponde hoy al municipio de Campohermoso, en un triángulo formado por los ríos Lengupá y Tunjita. Indígenas colombianos que se extinguieron en el siglo XIX, tras la disolución del pueblo de Teguas y ser agregados a Sutatenza en 1777.
Diferentes física, cultural y lingüísticamente de sus vecinos Muiscas, con los que mantenían relaciones comerciales, pertenecen los Teguas a la familia lingüística Arawack. Construían puentes colgantes de bejucos, cultivaban algodón. Vivían dispersos y se resistían al poblamiento ordenado por la corona.
Un poco amable panorama de la región y sus habitantes dejan los cronistas: "tierras asperísimas y faltas de gente como de comida... gente tan bárbara y miserable y extraña que ninguna cosa comían sino hormigas". "La más pobre gente que en las Indias se ha visto". "Tierra áspera, irritable y muy enferma".
Sin embargo, Simón deja constancia de su notable longevidad: "pasan su vida hasta llegar a cien años... el simple manjar de unas raíces y hormigas les acrecienta un año sobre otro, hasta llegar a más de ciento y al cabo mueren sin enfermedad." Comen sardinas, miel, hormigas que repugnaron a los españoles, tortas de hormigas amasadas con cazabe, maíz, yuca, maní y coca.
Fernández de Oviedo, cronista del siglo XVVIII destaca el trabajo con las plantas medicinales por las cuales eran famosos ante los Muiscas: "tan reputados en el vulgo por yerbateros y les temen mucho". Registra la abundancia de plantas medicinales debido al peculiar clima de la región, como los estoraquíes, el granadillo, caraña, otoba, canime, salsafraz, copal, palo de sangre, bejuco colorado, amargosa, vainilla negra, anís y muchas más.
La tradición Tegua renace a principios del siglo XX, con José Domingo Muñoz, campesino boyacense, curandero de profesión, natural de Teguas, quien llega a Bogotá a dedicarse a su oficio y se hace famoso ejerciéndolo protegido por su paisano el presidente Rafael Reyes. La gente lo llamó El Tegua, por su origen, palabra que se hizo pronto familiar en Colombia para nombrar a los curanderos que ejercen el oficio sin título.
Abel Fernando Martínez Martín
Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).