Lazarillo es el nombre del prototipo creado por estudiantes de la Universidad Nacional que ayuda a identificar a qué distancia se encuentran obstáculos y así tener una mejor movilidad.
Estudiantes de la Universidad Nacional diseñaron un bastón que ayuda al usuario con limitación visual a identificar a qué distancia se encuentran obstáculos (muros, bolardos, vehículos y animales) y así tener una mejor movilidad.

“Puede predecir con anterioridad, de uno a cinco metros aproximadamente, si hay algún obstáculo en el camino”, explicó Gabriel Eduardo Ramírez Giraldo, estudiante de Ingeniería Electrónica en la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Manizales.
El bastón, diseñado con rodachines, se adapta a la estatura de las personas y recolecta la información de los ultrasonidos a distancia. Un microcontrolador la recibe y, a través de bluetooth, la transmite a un celular.
“Cuando la información sobre los obstáculos cercanos llega al dispositivo móvil de los usuarios, se transmite a la persona con discapacidad visual por medio de voz sintetizada, para lo cual se requiere instalar la App, también llamada Lazarillo”, indicó Nicolás Rodríguez, estudiante de Administración de Sistemas Informáticos de la U.N. en la capital de Caldas.
Asimismo, señaló el estudiante que otra de las bondades de este bastón es que tiene sensores de ultrasonido a diferentes alturas, “lo que le informa al usuario los obstáculos que hay por ejemplo a una altura alrededor de la cintura, las rodillas o los pies. Además de la profundidad hacia al frente, por ejemplo de un andén”.
Menores costos

Destaca la Universidad Nacional que, según el Instituto Nacional para Ciegos (INCI), en Colombia en el 2014 se registraron 431.042 personas en situación de discapacidad visual, razón que motivó a los estudiantes a realizar este prototipo. “Nosotros le apostamos a la idea de reducir los costos de un bastón inteligente, dejando solo lo esencial y las funcionalidades adicionales convertirlas en módulos que el usuario irá adquiriendo”, precisó el estudiante Ramírez Giraldo.
La realización de este proyecto tuvo una duración de ocho meses, según informa la U.N. Una de las pretensiones de los desarrolladores es la integración de inteligencia artificial que permita identificar el obstáculo específico con exactitud, para que el usuario pueda tener mayor tranquilidad en los trayectos que recorre.
“No es lo mismo si viene un carro o un perro; o si hay un muro o una baranda. Por eso la importancia de trabajar en su mejora, de manera que le permita a las personas con discapacidad visual tener más seguridad a la hora de salir a la calle, sin necesidad de que alguien esté siempre pendiente”, destacó Ramírez Giraldo.