"Un pequeño grupo de países fabricantes y compradores de la mayor parte de las vacunas del mundo controlan el destino del resto del planeta", también dijo el director de la OMS.
A 17 meses del inicio de la mayor crisis de salud en generaciones y pese al avance de los conocimientos sobre el coronavirus, a la creación de varias vacunas y a la ardua labor de los trabajadores de salud, en lo que va de este año se han registrado más casos y muertes por COVID-19 que en todo 2020, señaló el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien indicó que se estima que al menos 115.000 trabajadores sanitarios y del cuidado han fallecido.

Tedros laureó el compromiso y sacrificio de estos profesionales y condenó las agresiones inaceptables que han sufrido muchos de ellos. "Los trabajadores de salud hacen cosas heroicas, pero no son superhéroes. Son humanos como todos nosotros. Sudan y maldicen, ríen y lloran, tienen miedo y esperanzas. Muchos se sienten frustrados e indefensos ya que carecen de equipo de protección personal y vacunas, así como de herramientas para salvar vidas", puntualizó. "Muchos se han infectado y, aunque la información es escasa, estimamos que al menos 115.000 trabajadores sanitarios y del cuidado han pagado el precio máximo al servicio de los demás", deploró e hizo un llamado a protegerlos con los insumos necesarios y el trato justo.
El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, se sumó al homenaje a los trabajadores sanitarios de primera línea e hizo alusión a los 3,4 millones de vidas que han sucumbido al COVID-19, señalando esta situación como un "tsunami de sufrimiento" que, además, ha provocado la pérdida de unos 500 millones de puestos de trabajo y ha costado billones de dólares a las arcas nacionales de los países.
Guterres habló una vez más con gran preocupación sobre el peligro de la respuesta global a la pandemia en “dos velocidades”, lo que significa la vacunación masiva y la apertura de las economías de los países ricos, y la persistencia, circulación y mutación del virus en las naciones más pobres. "Los más vulnerables son los que más sufren, y me temo que esto está lejos de terminar", dijo y advirtió de más picos y oleadas que podrían cobrar cientos de miles de vidas y ralentizar la recuperación económica mundial.
"Una desigualdad escandalosa"
"Un pequeño grupo de países fabricantes y compradores de la mayor parte de las vacunas del mundo controlan el destino del resto del planeta", dijo Tedros en su discurso de apertura de la Asamblea Mundial de la Salud. Tedros definió la actual coyuntura global como "trágica". "Ningún país debe dar por hecho que ha superado la crisis independientemente de su tasa de vacunación", alertó, argumentado que aunque por ahora no ha surgido variantes del virus resistentes a las vacunas, tratamientos o diagnósticos, no hay la certeza de que esto será así siempre. "Este virus cambia constantemente y los cambios por venir podrían hacer ineficientes nuestras herramientas para combatirlo y colocarnos de nuevo en el punto inicial", recalcó.
En este contexto, enfatizó la importancia de acelerar la vacunación de toda la población para restar las oportunidades de evolución del coronavirus y lamentó la inequidad del acceso a las vacunas que condena a la gente que vive en los países pobres o de renta media baja. "La crisis de vacunas COVID-19 denota una desigualdad escandalosa que está perpetuando la pandemia", aseveró, instando a los Estados miembros a apoyar un "esfuerzo adicional de aquí a septiembre" para vacunar al menos al 10 % de la población de todos los países en ese plazo, y a acelerar el paso para lograr el objetivo de vacunar al menos al 30 % de la gente antes de fin de año. "La pandemia no terminará a menos que la transmisión esté controlada en todos los países", insistió.
Añadió que no se puede construir un mundo más seguro de arriba hacia abajo, sino que se debe empezar de cero: "prepararse, prevenir, detectar y responder rápidamente a las epidemias no comienza en los corredores de poder, comienza en las calles de privaciones y hacinamiento donde la gente vive sin alimentos suficientes, sin acceso a personal sanitario, agua potable y electricidad", explicó. "El COVID-19 no se puede vencer a un país a la vez", agregó reforzando el mensaje del director general de la OMS.
"Necesitamos la lógica y la urgencia de una economía de guerra para impulsar la capacidad de nuestras armas", señaló, haciendo referencia a su solicitud al G20 para crear un grupo de trabajo que negocie con las farmacéuticas y otras partes clave con la intención de duplicar la capacidad de fabricación "explorando todas las opciones, desde las licencias voluntarias y las transferencias de tecnología hasta la puesta en común de patentes y la flexibilidad en los derechos de propiedad intelectual".