Nacido en Santander, en el norte de España, en la primera mitad del siglo XVIII, Juan Bautista de Vargas Uribe viaja muy joven al Nuevo Reino de Granada y se establece en la ciudad de Popayán en 1756. Al doctor Juan Bautista de Vargas Uribe, se le considera el primer Doctor en Medicina que es graduado por una Universidad de Colombia. Llega a Santa Fe en 1760, estudia primero Filosofía en el Colegio Mayor del Rosario y luego Medicina, fue su maestro el protomédico Don Vicente Román Cancino, médico de formación empírica, quien le otorgó, con permiso del Cabildo de Santa Fe, el grado de Doctor de Medicina, en enero de 1764.

Dos años más tarde, ante la muerte de su maestro Vicente Román Cancino, Juan Bautista de Vargas, se presenta a oposición para obtener la vacante cátedra de Medicina del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. El Virrey Messia de la Cerda, solicita al rector, en diciembre de 1766, sea nombrado Vargas como catedrático de Medicina, después de haber pasado las oposiciones sin haber tenido ningún contrincante, lo que se hace efectivo el 7 de enero de 1767, cuando el doctor Vargas Uribe, fue nombrado para suceder a su maestro en la cátedra de medicina del Colegio Mayor del Rosario. Desde 1768, comenzó Vargas Uribe a leer la Cátedra Prima de Medicina. Dictó algunas lecciones sobre la circulación de la sangre, pero según el historiador Ibáñez, “careciendo de conocimientos científicos, viose obligado a abandonar la cátedra”. Al retirarse, viaja nuevamente a Popayán disgustado por su fracaso como catedrático en Santafé.
Era Juan Bautista de Vargas Uribe algo incompetente y careció de discípulos, no tanto por su reconocida inercia científica, como porque por aquellos años la medicina, considerada como un oficio artesanal durante la Colonia, no era considerada como una opción por la élite social. Regresa a Santa Fe en 1773, e intenta retomar la cátedra de medicina en el Colegio del Rosario y asumir el Protomedicado, se presenta a la Universidad Tomística obteniendo su grado, ante el Rector y los catedráticos de la Universidad Angélica, quienes sabían menos de medicina que el examinado, en enero de 1774, obteniendo su grado y nuevamente la cátedra, al acto de graduación del doctor Vargas asistió José Celestino Mutis que acababa de llegar al Nuevo Reino en calidad de médico del virrey Pedro Messía de la Zerda, pero prontamente Vargas se ve enfrentado con la nuevas reformas borbónicas orientadas por Moreno y Escandón y su Plan de Estudios, que en 1774 suspende la cátedra de medicina, argumentando que los religiosos no podían conceder títulos en lo que ignoraban, quedando las cátedras suspendidas por más de treinta años, hasta comienzos del siglo XIX cuando José Celestino Mutis, con Miguel de Isla, las reanuda en el Colegio del Rosario. También se enfrenta Vargas con el protomédico Cortés, médico francés formado en Montpellier, amigo de Mutis, quienes se demandan mutuamente por no tener la formación adecuada para ejercer los cargos que cada uno ostentaba.
En 1775 fue nombrado por el gobierno virreinal “reconocedor oficial de elefanciacos” para estudiar la situación de la lepra en El Socorro. Ejerció por largo tiempo el doctor Vargas la medicina en Popayán, en Santa Fe y también trabaja en Tunja, donde se convierte en el primer médico graduado en ejercer en la colonial ciudad en 1780, donde se une al Movimiento de los Comuneros como Diputado del Cabildo de Tunja y termina redactando las famosas capitulaciones de Zipaquirá, que los Comuneros le presentan al arzobispo virrey Caballero y Góngora en 1781. Murió el doctor Juan Bautista de Vargas Uribe, en los últimos años del siglo XVIII.

Abel Fernando Martínez Martín
Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).